CONSTRUYENDO RESPÚBLICA 7 Desmontando embustes

Esa cruel semilla del odio.

No es casualidad, que la ultraderecha mienta con descaro al identificar extranjeros y delincuencia, por mas que lo hagan a sabiendas y lo sostengan sin rubor. Les importa mucho el objetivo y este no es otro, que predisponer a la población foránea frente a la llegada de extranjeros. Promover el odio, siempre conlleva una dosis de crueldad intencionada, pero la deshumanización del inmigrante, tiene algunos efectos secundarios que multiplican la crueldad. El inmigrante sobre todo si es ilegal, resulta víctima propiciatoria de empleadores sin escrúpulos, que juegan con su vulnerabilidad, para mantenerlos en condiciones laborales indignas. Hagan el ejercicio de identificar algún caladero de adeptos de ultraderecha, con el mercado de trabajo en el sector de la agricultura intensiva. Resulta aleccionador verificar como el mercado del odio, puede complementar eficazmente el interés lucrativo de algunos desalmados. La inmigración es una realidad, que guarda relación con las desigualdades rampantes que arrasan el mundo. Su gestión debería hacerse con la inspiración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y buscando el concurso de la racionalidad económica. Criminalizar al inmigrante o a las organizaciones humanitarias que ayudan a su supervivencia, no es ignorancia, es crueldad en su máximo grado.

Tampoco es inocente, la asimilación que se hace de homosexualidad y pederastia. La tendencia sexual de las personas, no es ni una enfermedad, ni tiene nada que ver con una supuesta voluntad transgresora. Tampoco la tendencia sexual de las personas está influida por el conocimiento, el ejemplo, la creencia religiosa o el modelo de educación recibida. Hace tiempo que la ciencia ha puesto las cosas en su sitio. Las personas homosexuales, son sujetos de derechos y obligaciones como las heterosexuales y lo que representa una auténtica anomalía, es que deban mantener una actitud reivindicativa permanente, frente a quienes por ignorancia o mala fe, pretenden estigmatizarlos y vejarlos, identificando su condición, con la delincuencia sexual. Las “curaciones” de la homosexualidad, son simples y crueles mentiras. La ocultación de la homosexualidad, por considerar su conocimiento como un peligro para la infancia, no es mas que una infamia propia de prejuicios atávicos tan inhumanos, como faltos de rigor. La bandera arcoíris, por supuesto que es un trapo, como lo son todas las banderas. Pero quienes la enarbolan, la ven como un símbolo de lucha por una igualdad de derechos que nadie deberíamos cuestionar y eso la hace tan merecedora de respeto como cualquier otro símbolo.

Que decir de la confrontación entre los intereses de los agricultores y ganaderos, con la protección del medio ambiente. He aquí un ejemplo de negacionismo, que pretende el descrédito de las evidencias científicas que acreditan la interdependencia del medio natural y la actividad humana extractiva, los efectos sobre la evolución del clima global etc. El uso indiscriminado de compuestos químicos elaborados, el consumo de agua mas allá del nivel de equilibrio en la reposición natural, el consumo de energía fósil con el consiguiente efecto de emisiones nocivas etc, son evidencias contrastadas por la ciencia, que aconsejan medidas regulatorias, que naturalmente limitan la capacidad de acción en la explotación de la tierra y el medio natural, para garantizar la sostenibilidad de las condiciones comunes de convivencia y habitabilidad. Ese desprecio del trabajo científico secular para favorecer los intereses inmediatos, de algunos puñados de votantes tal vez de buena fe, representa una visión egoista, cortoplacista e insolidaria, que persigue el interés lucrativo coyuntural y desprecia la pervivencia de un medio ambiente habitable y saludable.

Mentiras, engaños intencionados, uso torticero del lenguaje, focalización errónea o malintencionada de las cuestiones, constituyen el aderezo de un modelo de comunicación que estimula el desencuentro, el odio, la hiperpolarización y la desconfianza.

Un corrosivo caldo que no favorece la convivencia. Votar responsable y reflexivamente, puede resultar muy terapéutico, a la par que eficaz para desintoxicar el ambiente.

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Un Foro de Estudios Políticos (FEP) que aspira a centrar el debate sobre los diversos temas que afectan a la sociedad desde la transversalidad, la tolerancia, la libertad de expresión y opinión. Desvinculado de corrientes políticas o ideologías organizadas, pero abierto a todas en general, desde su vocación de Librepensamiento, solo fija como límite de expresión, el respeto a las personas y a la convivencia democrática. El FEP se siente vinculado a los valores republicanos, laicos y civilistas como base de una sociedad de librepensadores sólidamente enraizada en los principios de Libertad, Igualdad, Fraternidad.
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