¿PRESINTIÓ NIETZSCHE A LA SEÑORA MERKEL?
Cualquiera lo diría. Pero es obvio que todo tiene sus raíces y, en consecuencia, sus arraigos. Inarrancables. Sobre todo si son interesados. En este caso, muy interesados. ¿Recuerdan aquello de que África empieza en los Pirineos? Tal idea llegaría incluso a suscitar un eslogan con pretensiones: Spain is diferent, surgido de la preclara mente de uno de los de aquí que sustentaban el status quo. En esa Spain estaba incluida, claro, la de charanga y pandereta y, en la época del eslogan, revestida de mantilla y cirio, rosario de la aurora y cirial y tente tieso. ¡Ay, Goya, que bien apuntabas!.
Con su ilustrada mirada, nuestros vecinos, los franceses, nos plasmaban en su literatura y luego en su música, que la ‘españolada’ es anterior al cine de la caspa ibérica. Era el exotismo, la lejana y seductora expresión melismática y bailaora de la música andaluza, que según ellos llegaba al menos a Roncesvalles. Aquello era así y llegó hasta finales del XIX. Ya durante la “longa noite de pedra” podíamos vislumbrar a través de la ventana refrescante de la televisión – a pesar de la censura- que fuera de esta domus había otro mundo de progreso y libertad.
Ingenuamente, creímos que con la democracia y la entrada en la Unión Europea, ya éramos europeos. Y puede que lo fuéramos porque así lo deseábamos y con esa voluntad –la de huir de totalitarismos- entramos en la Comunidad. Pero qué pasaba con aquella raigambre y sus adheridos tópicos. ¿Éramos ya europeos para los europeos?.
Si abundamos en las buenas intenciones de los padres de tal utopía, Schumann y Spaak, a lo que no era ajeno el ilustre coruñés Salvador de Madariaga, sí. Pero cuando tal cosa empezó a tomar cuerpo, las denominaciones eran elocuentes: Mercado Común Europeo o Comunidad Económica Europea. Evidentemente aquellos buenos hombres querían redimir a Europa de las barbaridades de las primera y segunda guerras mundiales, pero en ese “mercado” unos habrían de vender y otros tendríamos que comprar…
De aquellos polvos vinieron los lodos de vivir por encima de nuestras posibilidades. ¿Quiénes somos nosotros para “vivir mejor” que toda la pléyade de luteranos y calvinistas que pueblan la Europa central? ¡Austeridad y sacrificio!.
Y si después del túnel tenebroso de los fascismos del segundo tercio del s.XX que vinieron para vengar una derrota física y económica –ahí estaba el “huevo de la serpiente”- hacía falta un espíritu mesiánico que pusiera orden. Y llegó en la encarnación de la hija del pastor.
Pero como tantos ‘mesías’, el actual fue vaticinado con antelación. Friedrich Nietzsche (1844-1900) ¿presintió a frau Merkel?.
Cuando el autor de “El anticristo”, “La Gaya ciencia”, “Así hablaba Zaratustra”, etc, empezó a pasarle cuentas a su inicialmente adorado Richard Wagner,contrapuso a su estilo metafísico el dionisíaco de la “Carmen” de Merime-Bizet. Nietzsche contempla al personaje, la gitana cigarrera y su peripecia, como una exotización y la huida de la Europa burguesa, respecto de aquellos que están “condenados al hambre y a los andrajos y son sospechosos de poseer toda la felicidad que el mundo burgués se niega a sí mismo en su irracional racionalidad”.
No se puede olvidar que Nietzsche reflexionó larga y rotundamente sobre los conceptos de “moral de señores” y “moral de siervos”, que él veía con claridad meridiana. Y, eso sí, tales profetizados mesías necesitan acólitos, cuñas de la misma madera.