Y esa rosa roja,
con azul…, es violeta;
la rosa se sonroja,
se siente violenta,
ella se atormenta,
los suyos, ¿son capullos?
¿no tienen orgullo?
Marchita, sin remedio,
vendida a los medios,
capullos, ¡los suyos!
Está la rosa cohibida,
teñida de añil y malva,
en la flor de sus capullo, la mortaja,
la rosaleda sin vida,
en su tallo, todo paja,
sus capullos cerrados, a mansalva,
de ésta nadie se salva.
Sus pétalos “partidos”,
se ha quedado sin “savia”
sin sangre roja, sin labia;
sus jardineros viejos, se han pervertido.
La rosa en el desierto
sola y deshojada, se ha descubierto.
¡Voto a Dios qué ya no entiendo nada!
ya votamos que no votamos en navidades,
un año para tan pocas necedades,
España, reino de…, la inocentada.
Reina de un teatro sin variedades,
sin dar palo al agua ¡La campanada!
dos campañas y ¡vaya empanada!
Navajas, sin rebajas, sin novedades.
No hay otro remedio ¡dicen los medios!
me apuesto a que ya tienen el presupuesto,
a los apuestos, quitamos del medio.
No hay tercera buena ¡por supuesto!
ni encuesta que no de miedo ni tedio,
¡y carecemos de novios de repuesto!
Por los votantes, Guerra no apuesta,
no acato resultados de elecciones,
¡mejores son jamones y abstenciones!
Tramp es un tramposo
Donald, el pompososo
machista y racista,
¡el primero de la lista!,
y Guerra, un cobarde,
esto está que arde,
la rosa, se marchita….
Rosalía Ajamil Sánchez