La situación en Cataluña es lamentable, pero lo realmente bochornoso es la actitud del PP, que, desde el 2010 año de la sentencia contra el Estatut, la situación la ha dejado empeorar y ha trasladado ese malestar a la ciudadanía para evadir su culpa e irresponsabilidad, especialmente gobernando España.
¿Dónde ha estado Rajoy? ¿Qué propuestas ha puesto sobre la mesa del Gobierno catalán? Las propuestas realizadas desde la Generalitat han sido unas cuantas, acertadas o no, sin embargo, todavía no he visto ninguna desde Madrid.
La clave de la solución es el dialogo, ante una ciudadanía que se considera maltratada y el causante del problema, Rajoy es a él a quien le corresponde aportar posibles soluciones viables y factibles y en ese caso el dialogo es fundamental.
Ante esa situación ¿Es la desobediencia, la respuesta? Como respuesta civil, más que lícita y comprensible, pero ante un Gobierno, el Catalán que sólo pretende saber la opinión de sus conciudadanos, derecho fundamental de la democracia, toma medidas que pueden ser mucho más negativas de lo que se puede pensar.
La solución no va a estar en inhabilitar cargos, consejeros o al President porque si alguien es inhabilitado vendrá otra persona por detrás. Después del 1 de octubre, llegará el 2 de octubre y habrá que seguir gestionando el día a día de la ciudadanía catalana de sus problemas reales y diarios.
El dialogo tiene que pasar por aceptar Madrid la realidad social y política catalana y comenzar por ahí, no quizás aceptando Cataluña la realidad de Madrid, no lo se pero se tienen que buscar soluciones reales y efectivas.
A lo mejor la posición de algunos partidos como el PSOE, basada en la improvisación tampoco sea excesivamente positiva, no exenta de buena fe, pero en una situación complicada quizás haya que profundizar. Primero fue la Declaración de Granada, una especie de federalismo, y ahora se pasa por una alternativa similar. Por lo menos aportan posibles salidas dialogables y mejorables lo cual ya es positivo y a tener en cuenta, pues pocos ofrecen alternativas de cualquier ámbito de espectro parlamentario nacional.
Parte del problema pasa por escuchar a determinados círculos políticos, sociales y empresariales de Madrid, y me refiero al PP, que acusan a la “burguesía catalana” de no haber luchado contra el fenómeno independentista, algunos la acusan de ser instigadora de ello. Eso es lo que denomino política de agravios y desagravios.
La realidad social es muy distinta en el año 2008 el 16% de los parados llevaban más de un año parados, en 2016 representaban el 53%. A este dato hay que añadir que el 71% de los parados catalanes no disponen de ninguna prestación.
El gasto social se ha reducido en un 17%, es decir, unos 3.500 millones anuales entre los años 2008-2016, en el momento que más poyo necesitaba la gente por la crisis económica.
Esos son los problemas cotidianos a los que se enfrentan los catalanes y sin embargo el Gobierno de Madrid sigue tensando la cuerda con el Gobierno Catalán para esconder sus posibles deficiencias. Esa es la realidad, la triste realidad.
Por eso desde este artículo convido a la reflexión , al diálogo y a la verdadera acción de un Gobierno responsable que solucione problemas y que no utilice el voto de millones de españoles y el sufrimiento de más millones de españoles aún.
(*) José Luis Ortiz Güell es funcionario