Ante el auto de la Juez Lamela contra los exconsellers catalanes de la semana pasada han surgido voces de todos los colores y que fundamentan sus críticas no siempre en el como de la aplicación de la magistrada del ilícito penal y, en muchos casos, mas en la oportunidad : o sea en definitiva, en cual sea la circunstancia política y social en el que se ha producido en enjuiciamiento.
La opinión mas extendidas, sobre todo, en los sectores no independentistas de la izquierda `política ha sido la de sentencia desproporcionada, sic comunicado del PSC y algún artículo como el de Jiménez Villarejo , entre los que yo haya leído.Cierto es que el poder que tiene un juez de instrucción es inmenso y a mi modo de ver desmedido, pues dictar medidas como la privación de libertad dejándolo al criterio de un tribunal individual- salvo caso de delito flagrante- es como poco de dudosa racionalidad.
Pero ¿Por qué insiste en la desproporcionalidad?¿ será porque la medida de prevención dictada es excesiva en relación con los tipos penales que se les imputan? ¿o tal vez por otras causas, como la escasa instrucción, o el tiempo de preparación de defensa-relación comunicación citación-,o la presunción de posible fuga, u otras derivas procesales múltiples entre las que estarían las circunstancias sociales y políticas del momento en Cataluña, aunque esta no sería procesal en un sistema como el judicial español que suele hacer interpretaciones de la ley gramaticales y en que el juez actúa “según su conciencia”.
Lo dicho nos lleva a considerar si no tenemos, a mi juicio,un sistema judicial obsoleto en el que el juicio individual no prevé las consecuencias de carácter social o político de una decisión judicial en la que se juzgan actos de trascendencia en un conjunto de la ciudadanía y que por tanto, siempre a mi juicio, suelen ser incomprendidos, y la justicia ha de ser didáctica también.
Quiero aclarar que no comparto el”proces” catalán y que considero, en lo que se, que son notorios algunos de los hechos que se imputan a los exconsellers, otra cosas es que todos sean delito.
Al final lo que quiero manifestar, respetando la independencia del poder judicial- no así de los fiscales-es que esta decisión judicial que venimos comentando es , en mi opinión,poco afortunada y que puede ser procesalmente correcta(los abogados de los imputados tendrán que hacer su trabajo),aunque yo dude del sistema judicial español sobre todo en la fase de instrucción(¿cuántos imputados han sido absueltos en los últimos años y quien les devuelve su honra?) , y no digamos de eso de “juzgar en conciencia”, pues en democracia la formación de opinión de los ciudadanos es un valor fundamental que los jueces deben tener en cuenta si se aspiran a ser respetados y creíbles.
Y que en definitiva en este asunto como en otros similares se traduce en una desconexión entre el pueblo y el sistema judicial y que además de tratar a los desiguales como iguales es incapaz de conectar con los ciudadanos e intentar ser parte de los mismos
dándose cuenta que no estamos en el siglo XIX(donde por cierto están algunos de nuestros códigos y leyes) y que se pueda borrar aquello que dijo el profesor Albaladejo cuando se jubiló,sic.en España si tienes pleitos que Dios te ampare hermano.
(*) Florencio Cardador, licenciado en derecho.