En las historias que nos contaron… En el Principio, un Dios todopoderoso creó un paraíso y lo habitó con un solo ser, llamado Hombre, destinado a ser feliz e inmortal. Aquel ser era perfecto, pero estaba solo, así que el Dios, de una ínfima parte de él, creó a la Mujer para que le acompañase y le obedeciese. Pero la Mujer desobedeció a Dios, y éste los condenó a los dos a ser mortales. Y la Mujer convirtió el Paraíso en Infierno… Ella era mala.

En las historias que nos contaron… Después, las mujeres condenadas a ser siervas y procreadoras, comenzaron a revelarse, a estudiar, a crecer, a querer un lugar en el Paraíso de los Hombres. Y aparecieron las intelectuales, las artistas, las doctoras, las científicas, las obreras insumisas… las sabias. Los hombres, testigos de su notable ascensión, decidieron terminar con aquel brote que hacía peligrar su supremacía, y las quemaron en hogueras, las encarcelaron, las maltrataron… y las mataron: intelectuales, activistas, sufragistas, feministas, etcétera, fueron perseguidas por los siglos de los siglos, porque eran una amenaza para el Paraíso de los Hombres…Ellas eran malas.

En las historias que nos cuentan… Ahora, las mujeres han conseguido ser vistas y escuchadas ( un poco), pero los Hombres del Paraíso siguen sin aceptarlo. Y siguen queriendo su sumisión, su anulación social, su entrega total. No aceptan su No, no aceptan su independencia y su crecimiento, por eso las anulan, las maltratan, las violan… y las matan, porque… Ellas son malas.

En las historias que nos contaron… Nadie dijo nunca… que Dios fuese Mujer.

Madre Nuestra, que estás en los cielos, bendice a esas luchadoras, a esas insumisas, a esas guerreras, a esas que gritaron en las hogueras, en las cárceles y en sus tumbas, esas que lucharon y murieron por nuestra Libertad. Y… bendice a esos hombres buenos, a esos padres que las criaron sin género, a esos profesores que las educaron sin diferencias, a esos compañeros y jefes que las arroparon y les cedieron su puesto, a esos enamorados que lucharon por ellas contra otros hombres, las respetaron y las amaron… en Igualdad.

Madre nuestra, que estás en los cielos, ruega por nosotras.

Y… esta historia os la cuento yo: una mujer. Y… si algún ser sin evolucionar, irracional, egoísta, y violento ( léase machista), quiere ir a cortar leña para hacerme una hoguera o una cruz… ya sabe mi paradero: Brigada de las Mujeres… primera línea de fuego.

Copyright– María Purificación Nogueira Domínguez.