El pasado 12/marzo nos recordaron que la World Wide Web fue inventada hace 30 años, pasando a ser «uno de los inventos que más ha cambiado la humanidad.» La posibilidad de intercambiar información en “red a lo ancho del mundo” parecía una idea de la ciencia ficción para los computadores. Al unirse con el desarrollo de la telefonía con móviles, ha producido un nuevo mundo ya etiquetado por el DLE como ciberespacio, en el que una gran parte de la humanidad vive hoy día. La red Internet, que permitía que se pudieran comunicar entre si los ordenadores electrónicos, ya existía desde los años 60, al crearse la red militar ARPAnet en Estados Unidos. De hecho este año se cumplen 50 años del primer intercambio de mensajes por la primitiva red, así como también es el 50 aniversario del Centro de Cálculo de la UCM y de la llegada del primer ordenador digital a la entonces única Universidad en Galicia. La aceleración de toda esta historia queda resumida en la frase de Bill Clinton: «Cuando empecé mi mandato [1993] sólo físicos de altas energías habían oído hablar de la World Wide Web. Ahora incluso mi gato tiene su propia página web.» [Claudi Alsina Los asesinos matemáticos atacan de nuevo. Una nueva selección de errores matemáticos de los cuales somos víctimas o autores (2012) Ariel, p 138].
Las consecuencias de todo esto incluye la globalización de la información y el acceso a datos, conocimientos y productos antes muy restringidos. Pero también ha desatado un montón de consecuencias, empezando por las fake news, nuevos métodos de estafas e incluso potenciación delitos.
Datos:
- El DLE define el ciberespacio («del inglés cyberspace, de cyber- ‘ciber-‘ y space ‘espacio’») como «ámbito virtual creado por medios informáticos». También aclara que ciber-, acortamiento de cybernetic ‘cibernético’, indica relación con redes informáticas; así, un cibernauta es la «persona que navega por el ciberespacio.» Declara la ciencia ficción como «género literario o cinematográfico, cuyo contenido se basa en logros científicos y tecnológicos imaginarios.»
- En junio/1969 la Fundación Conde de Fenosa aprueba la compra de un «Ordenador digital IBM 1130» para que la Universidad de Santiago cree el «Centro de Programación y Cálculo Barrié de la Maza»; el cual, en agosto/1969, se instala en la tercera planta de la Facultad de Ciencias (hoy aula de informática de la Facultad de Química). Tres años después, además de una unidad central de procesamiento 1131/2C con una memoria de ferritas de 16.384 palabras (16 KB), incluía una impresora de consola, una unidad de disco con capacidad de 512.000 palabras y 30 discos magnéticos, además de perforadoras y verificadoras alfanuméricas. En los siguientes años se utilizaba la conexión telefónica para utilizar el IBM 7070 del CSIC en Madrid y el IBM 7090 do Centro de Cálculo de la Universidad Complutense, y más tarde un UNIVAC 1108 del Ministerio de Educación, a través de un terminal DCT 2000. Ya en el curso 1972-3 hay cursos de programación de Fortran IV, alcanzándose 250 usuarios del Centro de Cálculo y se adquiere un UNIVAC 1100.
- El 29/octubre/1969, Leonard Kleinrock y su equipo de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) lograron conectar su computador con el de otro centro de investigación en San Francisco, a través de ARPAnet (Advanced Research Projects Agency Network), una red financiada por el Ejército estadounidense.
- Hoy apenas se recuerda que el conjunto de instrucciones para realizar un simple programa en aquellos ordenadores debía realizarse en tarjetas perforadas. El origen de estas fue la industria textil, sobre todo el diseño de Joseph Marie Jacquard en 1801 de un telar que se dirigía con tarjetas perforadas; lo cual inspiró a Charles Babbage al desarrollar en 1835 su máquina analítica, que se programaba con ellas. Pero sobre todo Herman Hollerith desarrolló la tecnología para manejar los datos del censo de EE. UU. En 1890 con ellas. El estándar de los años 60 del siglo XX eran cartulinas con 80 columnas y 12 filas, en las que una perforación en alguna de las 10 filas inferiores representaban los dígitos del 0 al 9 (de arriba a abajo), mientras las letras se codificaban con dos perforaciones por columna y, con tres perforaciones, los signos y caracteres especiales.
- Cuando hablamos de unidades de memoria en informática nos suena los bits (binary units), los bytes («unidad de información compuesta generalmente de ocho bits», define el DLE), los KB kilobytes, los MB megabytes, los GB gigabytes … pero ya no nos suenan los terabytes TB y los petabytes PB ya ni se mencionan en el DLE. Sin embargo hemos conocido que «hasta dos petabytes de información almacenada durante los últimos cinco años» es la cantidad de datos masivos (big data aún no está en el DLE) que debe manejar el Sergas. Claro que como acrónimo ya han aparecido PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) e incluso BIT (Brigada de Investigación Tecnológica, de la Comisaría General de Policia Judicial).
- En el Decreto 2479 de 1971 que regulaba las competencias profesionales de los Ingenieros Técnicos de Telecomunicación se detalla: «Instalación de ordenadores electrónicos digitales, cuando la capacidad propia de almacenamiento de su Memoria central no sea superior a dieciséis mil palabras o caracteres.» Hoy apenas se recuerda el Decreto 636/1968, que completa la Ley de Reordenación de las Enseñanzas Técnicas (iniciada en 1964), que incluía a las Escuelas Técnicas en la normativa de la Enseñanza Universitaria con generosas concesiones del título de Doctor a los ingenieros entonces ya titulados. Pero a día de hoy en el CGES (Consello Galego de Enxeñerías) no está incluido el CPEIG (Colexio Profesional de Enxeñaría en Informática de Galicia) pues tal ingeniería todavía no tiene asignadas «atribuciones profesionales.» Ello cuando apenas se conoce el significado del acrónimo CRAT (Club de Rugby Arquitectura Técnica) del equipo femenino coruñes que se acaba de proclamar campeón de la División de Honor-Liga Iberdrola. frente al INEF Hospitalet, fusión del INEF ((Instituto Nacional de Educación Física) de Barcelona con el R.C. Hospitalet.
- La RedIRIS, pionera en España en la introducción de Internet, tiene su origen en el año 1988, cuando el Plan Nacional de Investigación y Desarrollo puso en marcha la Interconexión de los Recursos InformáticoS de las universidades y centros de investigación. La recepción del primer correo electrónico en la Facultad de Informática ocurrió en 1995, resultado de las gestiones del decano José Luis Freire Nistal y del ingeniero de Telecomunicaciones y profesor de la Facultad José María Domínguez Legaspi, ante la Escuela de Telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Madrid.
- Hoy apenas somos conscientes que cada ordenador conectado a la red está identificado unívocamente con una dirección IP y que los mensajes que enviamos y recibimos van identificados con nombres de dominios que en muchos casos identifican el país de origen. Así, cuando recibimos un correo cuya dirección termina en @gob.mx (o en @legislatura.gov.ar), sabemos que algún aburrido funcionario de México (de Argentina) está produciendo spam (ya incluido en el DLE para «correo basura»). Incluso se puede recibir uno terminado @dphe.gov.bd lo cual asegura que procede de Bangladesh, no de Bengala, como asevera el curso “Internet aula abierta 2.0” colgado en la web del Ministerio de Educación español.
- El creador de la World Wide Web, Tim Berners-Lee, que en 1989 trabajaba en el CERN (Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire), ha aprovechado el cumpleaños de la red para reclamar en carta abierta un mejor uso de esta herramienta que considera un derecho de la humanidad. Como reinvindicó en Ferrol su estrecho colaborador James Hendler «hace falta un código ético para que la web crezca como una fuerza del bien.»
El 31/marzo, como último domingo de este mes, se realizará el cambio a hora de verano en la UE, adelantando una hora a las 2:00 de la madrugada.
*José María Barja Pérez, ex rector de la UDC