El título lo escribo en latín por varias motivaciones que voy a manifestar a lo largo de este artículo. Libertas significa Libertad y de la libertad vengo a referirme. De cómo un dirigente de un partido decide cortar y anular todas las libertades de criterio y de opinión en su formación contra aquellos que considera contrarios a su pensamiento. Se olvida que en la diversidad y la pluralidad está el éxito y la evolución. Si hablo de esa persona que no hace mucho se definía de socialdemócrata, para posteriormente tildarse de liberal y de centro y que ahora parece coquetear con la ultra derecha, se llama Rivera, el nombre de un político tan trasnochado como el creador de la falange y de nombre igual . Civium no deja de ser más que ciudadano, ese que es el motor la esencia de la democracia y de la libertad y que el quiere amordazar a su libre antojo con la connivencia de una descarada y peligrosa ultra derecha que se ofrece a hacer el trabajo sucio que él no quiere hacer , pero si apoyarlo.
Libertad, que muy lejos del libre albedrío, y que tanta desazón genera. La libertad es la protección contra la tiranía de algunos gobernantes o aspirantes a ello. Principio temido por algunos de ellos, los malos y que acuden a la tiranía social y civil (desigualdad, pobreza, control social, etc…) para tiranizar a la sociedad, y hablo y me refiero a Rivera, esa sombra de lo que un día se imaginaba esperanza y se ha tornado en fraude y desolación.
Libertas fue su primera incursión en lo que hoy algunos no recuerdan, posiblemente, pero que recupero de la memoria colectiva y plasmo en este artículo. Declan Ganley , millonario irlandés “ultracatólico y ultraconservador”, con propuesta avalada por 2 ò 3 millones de euros sedujo a Rivera, allá por el 2009, para presentarse a las elecciones europeas en coalición con sus siglas junto con Libertas, formación de ultra derecha representada por Miguel Duran en ese momento.
De los resultados no hay mucho que decir, fue el olvido y la irrelevancia. Ha tardado 10 años en retomar esos orígenes, pero esta vez cubriéndose detrás de otros como puede ser el PP, firmante de los pactos con Vox y estar en el mismo circo, pero en diferente pista. Si estamos hablando de Rivera ese político adicto a su imagen, a su pensamiento, al poder y a la aspiración de coronarse emperador de Hispania apoyado por sus huestes que lo abandonan después de percibir su halo quien sabe si de locura o de desmesura. Ya son 500 y los que están próximos a desaparecer comidos por su ambición.
En ocasiones, su figura, me recuerda tanto a ese gallo que creía el sol había salido sólo para verle cantar, y como no, no se manifiesta de otra forma sólo hay que verlo por sus obras.
Lamentablemente, él es un claro ejemplo de una sociedad en la que la autoconciencia ha substituido a la conciencia de clase y por eso su conciencia política subyace bajo la conciencia narcisista. Si como es obvio hablo de Rivera.
Rivera no deja de ser más que un político en el que su ego extiende cheques que la democracia no puede canjear, ni aceptar a fecha actual.
La nueva política no es más que un grado suplementario en la escala de la personalización del individuo dedicado al autoservicio narcisista y a las combinaciones caleidoscópicas indeferentes y un claro y definitivo ejemplo es Rivera. Para terminar, termino como he comenzado, pero en otra declinación LIBERTATEM CIVIUM (de la libertad de los ciudadanos) para que en el caso de posibles comicios obren en consecuencia con personalidades políticas, en la fuerza de las urnas.
*José Luis Ortiz Güell, funcionario