Los laboratorios de la política Internacional han decidido implementar unas campañas políticas de tono desesperado y ofensivo (Trump, Bolsonaro, Salvini, etc….) utilizando en forma irresponsable dimensiones ligadas a la violencia, el terrorismo dialéctico y los conflictos geopolíticos mundiales.
Muchos analistas dibujan a estos líderes como ególatras inmaduros con tolerancia cero a la fustración, normalmente un perfil propio de dictadores. En los sistemas políticos aún existen contrapesos suficientes para evitar que determinados presidentes actúen fuera de la ley.
No es que se salten las leyes, que no puede, es el tono de matones, un lenguaje que normaliza un comportamiento anómalo ante la ciudadanía a las que se gobierna. Esas formas de actuar tienen consecuencias más allá de sus mandatos, la profundidad del daño tardará años en emerger porque afecta a todos los estamentos de la sociedad, con esos elementos políticos saltan por los aires varias normas de comportamiento democrático y de esa manera se está perdiendo el motor de una sociedad libre y madura, una sociedad que conciba el diálogo como el estímulo de una sociedad progresista que avanza en la que caben la diversidad de pensamiento para el enriquecimiento colectivo.
Con estos líderes todo lo que no sea pleitesía y aplauso es considerado traición. Personajes que centran sus carreras políticas a golpe de Twitter , como herramienta de gobierno y que normalmente detestan los medios de comunicación.
Políticos que ignoran las Constituciones que juraron y que les importa un bledo. En España tenemos ejemplos de ello y que no nombro y que dejó en manos del lector.
Algunos de ellos emplean cadenas, como la Fox News que dejarían a Jiménez Losantos como peligroso izquierdista, que ayudan a abonar el campo ideológico en el que se propagan multitud de noticias falsas, con la intención de procurar que el ciudadano deje de interesarse por la verdad, vivir de forma de forma más ignorante y asustar a una población temerosa.
Los medios de comunicación en democracia, con todos los defectos y dependencias del poder económico que marca sus pautas, son esenciales para fiscalizar las acciones de los gobiernos, para entregar a la ciudadanía informaciones verdaderas, honestas y valientes. Debemos apoyar a esa prensa para escapar de ese mundo orweliano al que nos dirigimos, o nos quieren dirigir. Aún quedan armas para la defensa, la más importante de todas se llama voto, critica, protesta y activismo social y civil.
*José Luis Ortiz, funcionario.