BULO SOLSTICIAL.-José María Barja Pérez*

 Antes del solsticio de verano, que en este año ocurrió al final del día 20/junio, se publicó en periódicos de cierto prestigio una extraña “noticia”: el fin del mun­do sería el 21/junio pues “lo aseguraba” el calendario maya. Incluir eso como in­formación, sin más refe­rencia que un tuit de un per­sonaje que se decla­ra “Fulbri­ght scholar” e investiga­dor, no parece cumplir ningún criterio periodísti­co. Algu­nos recordamos que eso mismo ya se había difundido antes del 21/diciem­bre/2012, que era solsticio de invierno. Incluso ese fracaso predicti­vo fue utiliza­do en junio del año pasado por un fabricante de teléfonos para asegurar la viabi­lidad de su producto diciendo que “ningún maya acertó con la fecha del fin del mundo.” La nueva fecha apocalíptica sería una «co­rrección de la anterior», justifi­cada por que «siguiendo el calendario juliano esta­mos en 2012.» Ya sólo eso debe­ría haber llamado la atención de cualquier persona con alguna educación, dado que ese calendario aún está en uso, por ejemplo por los cristia­nos ortodo­xos. Pero además ese «científico» explicaba que «el número de días perdi­dos en un año debido al cambio gregoriano son 11 [y como han trans­currido 268 años desde 1752, se ha producido] un desfase de 2.948 días». El “personaje” inventa que la supresión de días se ha realizado cada año, en vez de una única vez como esta­bleció el Calendar (New Style) Act 1750 (con 170 años de retraso a lo de­cretado por el papa Gregorio XIII, que apellida al calendario que nosotros usamos). Hoy en día, la difusión de bulos está favorecida por el ciberespacio, pero una de las mi­siones de la prensa es validar las informaciones. En este caso, deberían haberlo incluido en las páginas de humor, incluso advirtiendo de su estupidez, pues en estos especia­les días finales del estado de alarma, podría haber añadido angustia a alguien.

 

Datos:

  • Incluso, tras este solsticio se bromeó que lo que pasaba era que «los mayas ya hablaban de la nueva normalidad.» Claro que un repaso de modelos meterológicos apuntan a que «el tiempo en verano se mantendra en la vieja normalidad.» La predicción estacional para el trimestre ju­nio-agosto 2020 ha realizado «por consenso» la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) se parece a la de las cabañuelas, también llamadas témporas, que apuestan por verano suave.
  • La verdadera aproximación científica al mundo maya comienza en 1881, al recuperar datos mediante investigaciones astro-arqueológicas y epigráficas. Así sabemos que para contar hom­bres, animales u objetos los mayas usaban la base 20 (dedos de manos y pies); el resultado lo anotaban con marcas de puntos (círculos) y rayas (que valen por 5 puntos), señalando el cero con un símbolo semejante a un ojo. Del mismo modo que en nuestro sistema decimal de nume­ración ponemos, de derecha a izquierda, unidades, decenas, centenas, miles y decenas de mi­les, ellos anotaban sucesivamente los kin (“sol”, día), uinal, tun, katún, baktún (e incluso mayo­res: pictún, ca­labatún, kinchiltún y alautún). Cada una de esas magnitudes tiene un valor 20 veces superior al anterior, salvo un tun que son 18 uinal (esa singularidad tal vez proviene de que un tun sería la duración de su año, 360 días).
  • El calendario Cuenta Larga es un calendario continuo, una cuenta de días transcurridos des­de un punto inicial. No conocemos ese punto inicial y tampoco las razones míticas y religiosas que tuvieron los mayas para elegirlo. Según Sylvanus G. Morley (1883-1948), quien dirigió ex­cavaciones en lugares mayas desde 1920 hasta finales de los años 30, corresponde a la fecha de creación del mundo o del nacimiento de sus divinidades. Una fecha en Cuenta Larga son cinco cifras en ese sistema de numeración mixta de base 20 y 18, escritas con puntos y rayas, segui­das por los glifos que señalan cada uno de los múltiplos.
  • En las estelas mayas aparecen también otras cuentas calendáricas: la haab (18 meses de 20 días y cinco días al final; vamos, un año solar de 365 días) junto con la fecha tzolkin (un ciclo de 13 días y 20 nombres, 260 días) que iban “engranados” (por ejemplo al día 4 Ahau 8 Cumku si­gue el llamado 5 Imix 9 Cumku). Ello produce un ciclo de 52 años, llamado la Rueda de Calen­dario, usada no sólo por los mayas sino también por otras culturas mesoamericanas.
  • La esotérica cifra que puso en marcha las especulaciones catastrofistas es 19.19.17.19, es decir 1.871.999 días transcurridos, y que daba paso al 14 baktún, es decir a días posteriores al 13.0.0.0.0, el día 1.872.000 desde el inicio de la cuenta (más de 5.125 años gregorianos) ; vamos, un análogo al paso del año 1999 al 2000. Para determinar la correspondencia con una fecha de nuestro calendario dependemos del conocimiento del punto inicial de la cuenta de días. Según el modelo GMT (Godman-Martínez-Thompson de 1927) sería el 11/agosto/3114 a. C. del ca­lendario gregoriano (extendido hacia atrás). De ello obtenían el 21/diciembre/2012, mientras el modelo WF (Wells-Fuls; [Andreas Fuls El enigma del Calendario Maya Investigación y Ciencia, N° 332, mayo 2004]) retrasa todo esto 208 años, al 6/noviembre/2220.
  • La página web del Instituto Geográfico Nacional da la correspondencia de la fecha actual en otros calendarios. Y al 21/junio/2020 le asigna la fecha maya en Cuenta Larga 13.0.7.10.19. pero no añade la Rueda de Calendario de ese día que es 13 Cauac 2 Tzec

 

El 25/junio, este año en el calendario chino el día 5 del 5º mes, es festivo en China, Hong Kong y Taiwan, Tuen Ng, la Fiesta del bote del dragón que conmemora la muerte del poeta y ministro Qu Yan. Es el Día de la Independencia en Eslovenia y en Croacia (de Yugoslavia en 1991) y en Mozambique (de Portugal en 1975); el 26/junio ello corresponde a Somalia (del Reino Unido en 1960). Además este día fue establecido en 2010 por la Organización Marítima Inter­nacional como el Día de los Fareros.

*José María Barja Pérez, exrector de la UDC

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