REFLEXIONES SOBRE LA DURACION DEL EXILIO Bertolt Brecht
No pongas ningún clavo en la pared
y tira tu abrigo en el diván.
No hagas planes para más de cuatro días,
mañana mismo estarás de regreso.
No riegues el pequeño árbol,
¿para qué sembrar otro árbol?
Antes de que alcances, la altura de un escalón
harás tus maletas y te irás.
Baja la visera de la gorra cuando pase la gente,
¿Para qué estudiar una gramática extranjera?
El mensaje que te pide que regreses
estará escrito en un idioma familiar.
Antes fueron la fotografía del niño Aylán inerte en una playa, el incencio del campamento de Lesbos, la tragedia en las costas de Lampedusa o de Malta, con un Salvini bravucón y desalmado; las concertinas de Ceuta y los muertos con balas de goma de la Guardia civil. Así es la desesperanza que tan magistralmente describe Brecht, que nos despierta en lo cotidiano y tal vez nos insensibiliza.
La presión migratoria, no se para con muros ni con fosos por inexpugnables que estos sean. ¿Habrá foso mas inexpugnable que el Mediterráneo que se interpone entre África y Europa?
Ahora es el ángulo suroccidental de Europa, el destino soñado por la migración que intenta huir del la miseria africana y llegar al oasis europeo, aunque en el empeño, puedan fácilmente perder la vida, lo que es bastante frecuente.
Llegar a Arguineguín, sesenta y tantos quilómetros al sur de Las Palmas de Gran Canaria; parece que es ahora la expectativa mas viable para los que alcanzan la costa de Marruecos, dispuestos a jugárselo todo.
Es natural, que una localidad pequeña como Arguineguín, no disponga de equipamientos y servicios para acoger la avalancha de seres humanos sin otro recurso que su propia condición.
No se si es tan natural, que el gobierno de España se lo tome con tanta calma, hasta que el escueto muelle, se convierta en un hacinamiento insostenible de personas sin apenas espacio vital. Solo cuando las ONG claman haciendo sonar las alarmas, el Gobierno reacciona, dejando que las personas que allí no caben, vaguen sin rumbo por el núcleo urbano, con la consiguiente alarma ciudadana.
Europa se hace esperar y lejos de recordar que tiene una larga frontera sur que es via de entrada de migración irregular y desesperada, sigue enfrascada en la eterna búsqueda de la unanimidad imposible, generando todas las dudas sobre su propia viabilidad como entidad supranacional.
El Defensor del pueblo de España, echa el resto y conmina al gobierno a cumplir la Ley.
A los migrantes que no caben el muelle de Arguineguín, se les aloja en los hoteles locales, mermados de clientes como consecuencia del apagón turístico y ahí comienza un nuevo capítulo de la vergüenza.
La Alcaldesa de Mogán, municipio en el que se enclava Arguineguín, amenaza a los hoteles con sancionarles, sorprendentemente, porque no están autorizados para alojar migrantes sinó turistas.
Siendo razonables, hay que entender, que un ayuntamiento de 20000 habitantes, tiene dificultades para gestionar la llegada masiva de seres humanos que no vienen a consumir, sinó que solo aspiran a llegar a la Península y esa aspiración, choca con la negativa del Gobierno de España, sin otra solución de momento que la de permanecer allí. Que el Ayuntamiento presiona al Estado para que busque soluciones, es bastante cabal. Lo que ya no es tan cabal, son los argumentos que merecerían una seria reflexión.
En primer lugar, el de considerar que los huéspedes no pueden considerarse tales, por no ser turistas, sugiere que la condición económica de las personas las hace o no sujetos de derecho a techo y cobijo, aún cuando el que lo sufrague, sea el propio Estado.
Pero mas importante si cabe, es hacer a los inmigrantes culpables de la no afluencia de turistas, cuando la situación es justo la contraria. El recurso a los hoteles se debe a la carencia de clientes ya previa, que se debe a las consecuencias de la COVD 19 en toda Europa.
Europa debería implicarse sin demora en la situación de los migrantes de la frontera sur, el gobierno de España, debería asumir su responsabilidad y buscar soluciones ágiles y efectivas para liberar a los ayuntamientos “fronterizos” de la presión migratoria; pero el partido gobernante de Mogán CIUCA, (Ciudadanos para el cambio) debería revisar su argumentario populista y barato y no estimular el odio a los seres humanos migrantes declarándolos culpables de lo que sea.
¡HAGAN ALGO! ¡OFREZCAN SOLUCIONES!
(*) Jesús Penedo Pallas, Ingeniero Técnico Industrial, Licenciado en derecho, Secretario del Patronato de la Fundación Adcor y jubilado de la Función pública.