
Un extraño curso, iniciado al mismo tiempo que el año judío 5782, comienza con un tiempo atmosférico variable. Pero algunas previsiones meteorológicas amenazaban con un “rebote” del huracán Larry que lo traería a Galicia. Cuando disponemos de acceso a magníficas páginas web, de vientos (earth.nullschool.net), de previsiones meteorológicas con referencias puntuales (www.windy.com) y de alertas de fenómenos (rsoe-edis.org), podemos criticar apresuradas notas de presuntos especialistas. Como el alarmismo parece vender, se llegan a imprimir opiniones que pretenden llamar la atención sin verificar su viabilidad. Tan solo en algunos casos, la información, en su versión en el ciberespacio, se modifica para adaptarse/ajustarse a informaciones que contradicen sus tesis iniciales. El mundo visto a través de los móviles tiende a ser poco real y no fomenta un razonable espíritu crítico. Lo peor es que si éste no se activa, se llegan a admitir opiniones carentes de todo fundamento en temas más importantes que unos datos meteorológicos.

• El nuevo año judío, 5782 de su cuenta (de la creación del mundo), ocurrió con la luna nueva del 7/septiembre y durará 384 días hasta el 25/septiembre/2022 (es un año regular bisiesto, con 7 meses de 30 días y 6 de 29). Pero el año siguiente, el 5783, durará 355 días, con 7 meses de 30 días y 5 de 29, mientras el año 5781 duró 353 días, con 5 meses de 30 días y 7 de 29. Esas variaciones de número de días repercuten en las fechas de los cumpleaños (que pueden no existir en un año nuestro y en cambio tener que celebrarlo dos veces en otro), con lo cual los niños judíos tienen que practicar una aritmética más compleja (afecta a su mayoría de edad: Bar Mitzvah 13 años niños, Bat Mitzvah 12 años niñas).
• Como nos detalló El Roto, «gracias a la rapidez de las comunicaciones, tenemos informaciones falsas en tiempo real.» Es uno de los retos actuales de la educación el fomentar la consulta de distintas fuentes para tratar de verificar la veracidad de los datos transmitidos en esa masa global llamada ciberespacio.
• Ya decía Nicholas Negroponte «Predecir es fácil; acertar, no tanto.» En sistemas complejos, como todo lo relativo a la atmósfera, los modelos se van perfeccionando, añadiendo excepciones y ajustando parámetros. Pero las informaciones, tal cual son transmitidas, suelen adoptar un aire de autoridad, de obligado cumplimiento, que al chocar con los resultados terminan por aumentar el escepticismo sobre la calidad de la predicción.
• Una iniciativa como el «Seguimiento de las borrascas con gran impacto nombradas por el Grupo Suroeste europeo» [que además del AEMET, incluye IPMA de Portugal, Météo-France de Francia y el RMI de Bélgica] casi parece haber finalizado tras nombrar a la borrasca Lola, el pasado 21/abril. Veremos si a partir de octubre renuevan el listado y ajustan mejor las declaraciones de borrascas que realmente puedan afectar fuertemente, evitando el chiste fácil (“Fue más bien lolita”).
*José María Barja Pérez ex rector de la Universidade da Coruña (UDC)