No es posible resistirse ante la indignación que provoca escuchar de forma machacona, tanto en ocasiones con voces plañideras de unos, y cínicas de otros, hablar de golpe de estado, presos políticos y exiliados, por los sucesos acaecidos en una parte del territorio español.
Es tanto un gran insulto como una falta de respeto, para aquellos hombres y mujeres de izquierdas que en el intento golpe de estado cuya cabeza más visible fue el ex – coronel Tejero en febrero de 1981 sintieron nuevamente sus vidas en riesgo simplemente por ser demócratas.
Gentes comprometidas con la libertades civiles que ante los antecedentes de otros levantamientos militares, consideraron necesario para preservar sus vidas, cruzar la frontera, bien la portuguesa o la francesa. Y ello tras destruir o poner a buen recaudo lo que pudiera ser comprometido si triunfaba la intento golpista.
¿Cuántas personas fueron asesinadas o sufrieron reclusiones más o menos prolongadas durante los treinta y seis años que median entre 1939 y 1975 tras el triunfo del golpe de estado facista, (este si golpe de estado en toda regla) del dictador Franco apoyado por los monárquicos y las fuerzas reaccionarias del momento?
También es de una frivolidad intolerable homologar a la situación de presos políticos, a ciudadanos privados de libertad tras procedimiento judicial en un estado garantista y de derecho, -no por su ideología política-, sino por cometer actos contrarios a la ley. Quien haya pasado por los calabozos de la Puerta del Sol, en la entonces Dirección General de Seguridad durante los años negros de la dictadura, sabrá de lo que estamos hablando… Y el que no lo sepa, es interesante que indague ante de hablar.
Ser torturado era lo habitual para los detenidos por luchar por la libertad y la democracia, como paso previo a ser presentados ante el TOP (Tribunal del Orden Público), con ausencia total de garantías jurídicas y procesales. Y mucho menos de una información veraz en los medios públicos.
Las cárceles a donde mandaban a estos presos por razones políticas eran las más crueles del país. La de mujeres en las Ventas, Segovia, Les. Corts. Las de hombres, Ocaña, Dueso, Carabanchel o el Puerto de Santa María.
No cabe tampoco olvidarse de los miembros de la Unión Militar Democrática ( UMD),una organización militar clandestina española, fundada con el objetivo de democratizar las Fuerzas Armadas y derrocar a la dictadura franquista, Muchos de sus miembros sufrieron presión militar, y fueron despojados de su carrera militar. Entre ellos un muy estimado amigo, el capitán e historiador Xosé Fortes Bouzán.
Por todas esas personas que sufrieron por la lucha por la normalización democrática del España, de los derechos de las y los trabajadores, por los derechos de género, por la justicia social, como antifranquistas, como demócratas y como defensores de la libertad cabe exigir no enfanguen ni perviertan los significados de “golpe de Estado”, “presos políticos, “exiliados”, en este país que tanto sufrió tales desgracias y menos cuando todavía miles y miles de compatriotas siguen tirados en las cunetas asesinados por haber defendido la Libertad.
Con toda modestia, pero alto y claro lo dice un ciudadano que votó no a esta Constitución por republicano, pero que como demócrata la acepto.
*Jesús Pedreira Miras fue Teniente de Alcalde del Concello d Ordenes.