
El mensaje directo y claro que quiero trasladar en este artículo es que no todo lo que sale en la televisión o en los diferentes medios de comunicación tiene que ser necesariamente certero.
Más bien, me atrevo a decir que en esta sociedad globalizada, en la que priman los medios de comunicación, me da la impresión que lo que no sale en ellos no existe.
Es decir, lo que no digan u oculten en la televisión no existe y lo que aparece sí que existe, aunque no sea más que un montaje,
Ejemplos no faltan, de hecho, en España e internacionalmente lo probaron con un resultado de un 100 % de éxito.
El falso documental de Jordi Évole sobre el 23F que se titulaba “Operación Palace” , reconocido por el mismo al final del mismo.
En 1990 , en la caída de los regímenes de Europa del Este con el documental sobre la masacre de Timirsoara consumada por el dictador rumano Nicolae Ceacescu.
Otro caso fue el discurso de las presuntas armas químicas de Sadam Hussein, que incluso el propio Secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, admitió que se trataba de una acusación falsa.
De la rectificación nunca se informó o apenas se le dio difusión.
Ahora con la pandemia ¿no es acaso un claro ejemplo de manipulación a escala mundial? ¿No abundan circunstancias opacas y confusas, al menos en las constantes informaciones sobre la pandemia, medidas y evolución de la misma?
Estamos sometidos en muchos aspectos, no sólo en el tema sanitario, a eficaces campañas de desinformación en diferentes vertientes con las que manipulan nuestras creencias. Lo afirmo con vehemencia si cabe y no a modo de acusación, sino tratando de que, como espectadores, seamos sumamente críticos con respecto a las noticias que nos llegan y que la desconfianza sea una forma de actuar que se base en la coherencia y en la observación.
Si bien la propaganda siempre ha sido parte del discurso político, el vasto y largo alcance de este tipo de campañas suscita una gran preocupación.
Ahora, los cibergrupos se definen como actores dentro del gobierno o partidos políticos para manipular la opinión pública en el universo digital.
No hablo de balde pues en 2017 se había constatado que 28 países manipulaban la información y en el año 2019 se había incrementado esa cifra hasta 70 países. Estos datos son ofrecidos, para que no quepa duda, por la Universidad de Oxford, por si alguno comenta algo a ese respecto.
¿No podría afectar esta pseudopandemia tecnológica e informativa a más de 140 países?
No olvidemos que en la actualidad en el mundo sólo existen 194.
Este artículo no busca denunciar, sí plantear serios interrogantes y dudas que son necesarias en este mundo globalizado.
Lo escribo siendo consciente de que perfectamente puede ser sancionado y condenado pero la libertad de expresión no tiene precio y la obligación es plantear al lector una conciencia crítica ante lo que nos acontece en el mundo y si nos engañan que seamos conscientes de ello.
El aceptar ese engaño o no que siempre esté en nuestras manos, valor y coherencia…….
*José Luis Ortiz, funcionario