
Alberto Núñez Feijóo que llega a la presidencia del PP español con la aureola del “Mesías”, el “Deseado” invocado por todas las gargantas conservadoras como recambio de un Pablo Casado (hoy Pablo Olvidado), el cual era totalmente inoperante como líder de la oposición en momentos muy difíciles para este país, pandemia, situación económica derivada de la misma, volcán de La Palma, el principio de la Guerra de Ucrania.
Un Casado que cavó su tumba política en el PP, no por estar mirando siempre por el retrovisor a la extrema derecha, sino por su denuncia de la corrupción surgido en el territorio de la ” sultana” Ayuso y que la afectaba directamente a nivel familiar. Sumado a ello, los desencuentros por sus afanes para presidir el PP en la Comunidad Autónoma de Madrid. Algo en lo que eran notorios los recelos del todavía presidente popular, algo en lo que el tiempo le dio la razón.
Feijóo en dos semanas no para de pisar charcos. Igual confunde la prima de riesgo con el tipo de interés, que habla en Granada, delante de la Alhambra de la puesta de sol de Finisterre, o alude al tema de los fijos discontinuos como maquillaje del paro. A cada paso parece empeñado en mostrar un preocupante carencia para la “ cosa pública” y un escasa solvencia para dirigir, no ya un partido político y sino para el albur de gobernar España.
Seria curioso imaginar si en vez de ser Feijoo quien protagonizase estos patinazos, lo hubiese sido el líder del PSOE en su condición de Presidente del Gobierno como sería el cariz de las portadas de los medios de comunicación al servicio de la derecha. Sin duda espectaculares los titulares descalificadores de El Mundo, ABC, La Razón. Por no hablar del disparado diapasón de los ya habitualmente alterados Carlos Herrera, Jiménez Losantos y demás corifeos.
No cabria la menor duda que tertulianos en cadenas de TV y Radio proclives a la derecha en diversos grados, tras despacharse a gusto terminarían concluyendo que no sería apto ni para presidir una comunidad de vecinos.
Núñez Feijóo, la gran esperanza de una derecha convulsa, escasa de ideas y de proyectos, a través de sus palabras muestra su propia realidad, perfectamente recogida en “El rey desnudo” de Hans Christian Andersen, una fábula con una clara advertencia: “No tiene por qué ser verdad lo que todo el mundo piensa que es verdad”.
*Jesús Pedreira ha sido concejal en el Concello de Ordenes.