Charla de D. Manuel Lago organizada por el Observatorio coruñés de análise social e política.

Presentado por Dª Eva Martínez Acón, Presidenta del Observatorio, en el salón de actos cedido muy amablemente por el Casino de A Coruña, D. Manuel Lago Peñas, Asesor económico del Ministerio de Trabajo y Economía Social, desgranó con el entusiasmo y la satisfacción del trabajo bien hecho, los entresijos de un proceso que culminó en la modificación pactada del Estatuto de los trabajadores.
Nueve meses de intensísimas sesiones de diálogo, de negociación, de persuasión con un objetivo claro: tejer esa urdimbre de confianza y de complicidad, sin la cual ningún acuerdo es posible. Tejido que no resulta fácil, si no va acompañado de una férrea voluntad compartida de resultar útiles a la sociedad y mantener una discreción rigurosa sobre el proceso, que evite perturbaciones ajenas al propio proceso. Organizaciones empresariales, sindicales y gobierno, construyendo desde el diálogo las reglas que deben regir un futuro, cuya administración también forma parte de su responsabilidad social.
Dos preguntas nada retóricas, sirvieron de línea mayéutica para la brillante exposición de Manuel Lago:
1 ¿Por qué era necesaria la reforma?
2 ¿Después de un año largo de vigencia, resultó útil?
A la primera pregunta, las respuestas son claras:
- Mas allá de las consideraciones de la política nacional, la Unión Europea venía exigiendo al estado español la necesidad de corregir el exceso de paro y temporalidad que caracterizaba al mercado laboral español.
- La necesidad urgente de corregir la precariedad excesiva generada por el modelo de la reforma de 2012, impuesta unilateralmente por el gobierno de la derecha aplicando de modo cruel e insensible el modelo neoliberal, con efectos demoledores sobre las personas trabajadoras.
Se hacía imprescindible caminar hacia un modelo de causalidad real de los contratos de trabajo, con la elevación natural del número de contratos indefinidos y sobre todo, reducir la elevadísima rotación provocada por el uso indiscriminado de contratos temporales en su mayoría en fraude de ley, auspiciados por la reforma unilateral y sin acuerdo de las partes, de 2012.
En cuanto a la segunda pregunta, los datos objetivos de reducción de la tasa de temporalidad, incremento de los contratos por tiempo indefinido, demuestran que un año y tres meses de aplicación, constatan un éxito rotundo, reafirmado por el crecimiento neto del empleo; todo ello desmintiendo rotundamente los augurios de los que vaticinaban el apocalipsis del mercado de trabajo, provocado por la reforma.
Pero el éxito, no es fruto de la improvisación o la casualidad de la fortuna, tiene algunas claves que lo justifican:
-En primer lugar, no se trata de una reforma improvisada. Sus líneas básicas, forman parte del acuerdo de gobierno de los partidos que componen la coalición.
-Es la primera reforma que amplía los derechos laborales de los trabajadores y no está inspirada por una voluntad de recortes, lo que la constituye en una inspiración para otros países que manifiestan interés por su desarrollo y gestión.
-Constituye una parte de un conjunto de medidas de diálogo social (ERTES, COVID ETC) cuyo objetivo claro, es dar respuesta a problemas sociales, a problemas de estabilidad y supervivencia de empresas, en definitiva, a problemas reales de la sociedad. El rigor a la hora de enfrentar esos problemas, sin cesiones a los apriorismos o a los prejuicios, determinó de modo claro, la generación de un clima de confianza, percibido como útil y productivo por las partes, concluyendo en un ejemplo de gestión razonable de los intereses colectivos.
-La reforma, es equilibrada, por cuanto fue acordada por los integrantes del gobierno de coalición, reivindicada por las organizaciones sindicales, aceptada por las organizaciones empresariales y validada por las instituciones de la Unión Europea. Hay que hacer un reconocimiento expreso del ejercicio de autonomía de las organizaciones empresariales.
-La reforma, tiene un carácter preciso, por cuanto incide de modo directo y específico, sobre los mecanismos definitorios de la causalidad de los contratos de trabajo; reduciendo en número de modalidades de contratación posibles y suprimiendo el contrato por obra o servicio determinado, que durante años constituyó una fuente inagotable de fraude.
Por último, hay una voluntad decidida del gobierno, de ejecutar el contenido y el espíritu de la reforma, persiguiendo el fraude de ley, muy especialmente en la falsa externailización mediante la figura del falso autónomo.
En definitiva, mas derechos y mas estabilidad en el empleo, no solo constituyen un incentivo razonable para la estabilidad económica y el consumo, sinó que aportan también paz social y garantía de superviviencia para las empresas en momentos de dificultades.
La amenísima charla, salpicada de anécdotas del proceso negociador, (con la sensibilidad, la delicadeza y el tino de quién sabe de su trascendencia) constituyó toda una lección sobre los valores del diálogo y la persuasión, sobre la credibilidad y la confianza de las partes en los procesos políticos, sobre la vocación de servicio a los ciudadanos, sobre la discreción de los comportamientos.
Como cuestión final, una breve referencia, a un pacto de rentas no explícito, que se configuraría con la propia reforma laboral, las medidas del gobierno en materia de pensiones y ayudas a colectivos mas desfavorecidos y el reciente acuerdo para la negociación colectiva cerrado por las organizaciones sindicales y empresariales.
Un sencillo artículo de lujo. Un ejemplo de comunicación, que sobrevuela el acostumbrado e indeseable barullo de barrizal.