Entre el ser y el parecer
Desde los primeros tiempos de la reflexión ética en Grecia se advirtió la dualidad entre el ser y el parecer, aunque Sartre niega la mayor cuando dice «el ser de algo existente es precisamente su apariencia», y Maquiavelo tercia con aquello «todos te ven como pareces, pero muy pocos saben como eres». No sé lo que le he parecido al Consejo Directivo, el caso es que tal vez porque haya considerado que eso de la jubilación es un estado de ánimo con riesgo de amodorramiento y pensando en mi salud mental e intelectual, me lanzó un cabo y me ha investido director de las publicaciones Contraposición. República de las ideas/Criterios. Todo apunta a que José Mª Barja, Campos Romay y otros distinguidos miembros del citado órgano desconocían que en mi régimen interno estoy sumergido en una balumba de iniciativas, mientras que en el externo ejerzo un modesto compromiso con la cultura allí donde habito.
Lo que sucedió es que han dado con un sujeto que, resucitando de sus propios agobios, tiene el vicio de entrar al trapo de los nuevos retos, de no amilanarse, de no mirar hacia atrás, nada más que lo justo y necesario, eso sí, de vivir el presente con la mayor intensidad posible porque el futuro, por puras razones cronológicas, es un espacio que se dibuja con un horizonte neblinoso. Y si este nuevo emplazamiento que, casual o causalmente, me brindan las circunstancias urdidas por unos amigos, guarda relación con la opinión publicada, con el análisis sereno y racional de los hechos que nos afectan, el libre debate de la ideas, el pensamiento crítico, el respeto a la pluralidad… al fin y al cabo creo que no me estoy saliendo ni un ápice, sino todo lo contrario, de lo que ha sido hasta aquí mi hoja de ruta profesional. Porque, no soy historiador, ni sociólogo, ni antropólogo, ni economista, tampoco filósofo, ni teólogo…Sin que se interprete como una irreverencia, me permito recurrir a la cita bíblica para afirmar ego sum qui sum (yo soy el que soy), es decir, un periodista. Será un honor y un placer dirigir, en adelante, a plumas tan eruditas y creativas como las que aquí concurren. Soy consciente de que me subo a una especie de AVE en marcha con la dificultad que entraña mejorar sus prestaciones y alta velocidad. Hasta donde mi experiencia y limitado saber alcanza, trataré de que Contraposición. República de las ideas y Criterios mantengan el nivel alcanzado y, si ello es posible, abunden en contenidos y autores, desde la transversalidad, la tolerancia, la libertad de expresión y de opinión líneas maestras que hasta aquí han presidido la idea editorial. No pondré punto final a esta primera comparecencia sin antes rendir memoria emocionada a mi antecesor Miguel Martínez Losada, que en paz descanse.