¡y el premio dio el cante!
Por el camino del olvido,
permaneces, luna quieta,
cambias solo de silueta,
y en un mundo dividido,
camina el hombre perdido,
entre nieblas, los recuerdos,
de seres que fueron cuerdos
!decrece! luna menguante
ya creciste hacia el levante,
con luna llena, el acuerdo,
en inglés, no es un Cervantes
un nobel interesante,
generaste el desacuerdo,
poesía y arte, !qué cante!
Lunática luna
de la cordura,
Bob Dylan
es literatura.
!Qué cara más dura!
Ay Gavilán
así dirán
!viva la locura!
Cuando la luna sea nueva, yo ya seré muy vieja y cuando la luna sea vieja, yo solo quiero en el recuerdo de mi memoria, ver la tierra, sus montañas y sus playas, sus ríos y sus mares, sus polos opuestos, repletos de hielos, mis huellas, mis cenizas, a mis hijas y nietas, caminar por ellas, porque la tierra es de todas las almas que habitaron en ella, y, desde los ancestros del universo los poetas mandan versos que traspasan siglos y vallas, dispuestas con el nombre de banderas, trocitos de tela, en mentes y tierras, por las que no merece la pena luchar por ellas; sé que muchos discrepan, pero sosiega pensar que la música de las palabras, que riman con libertad, igualdad, solidaridad y paz, aunque no se entiendan, amansan a las fieras y velan, en las noches de luna llena, con su equilibrada memoria, por salvar mentes y tierras del peor animal que habita en ellas, la falta de humanidad y de memoria.
Rosalía Ajamil Sánchez