Rosalía Ajamil Sánchez
Pondremos las puntillas
¡ya tenemos gobierno!,
con muchas banderillas,
un “partido” de rodillas,
y al PSOE en el infierno.
El hemiciclo fue el coso,
Invadido, por el miedo,
por el derribo y acoso,
de los “medios” poderosos.
hubo hedor, en el ruedo.
El toro enseñó sus cuernos
resonó un pasodoble
tumbado por dimisiones,
cornadas de los innobles,
un “muerto”, con discusiones.
En Ferraz lo mataron,
por bisoño, torero y pardillo,
allí, lo acorralaron,
su muerte, a cuchillo,
su traje de luces, con rojo lo mancharon.
En el coso espera el sobrero contento
su trabajo, se lo hacen los medios,
“Confucio” el portento,
¡no hay otro remedio!,
y los suyos, se lo quitan del medio.
Cebríán, y su aparato,
González, la dama de Despeñaperros;
un crimen muy barato;
Pedro era un perro,
y tenemos “sobrero” para “rato”.
¿Es “Rufián” el culpable?
les saltó el espontáneo a la plaza,
y sacaron los sables,
¡tanto toro sin raza!
¡Era Pablo, no Pedro, la amenaza!
¿Rosalía deliras?
no, lloro al ver las escaramuzas,
las cuento, con liras,
al ver las chapuzas,
y en el patíbulo, tantos merluzas.
¡Entre difuntos y santos!
el Judas fue Hernando
un Rufián, entre tantos,
un Groucho, de espanto,
de los que viven, matando.
Tenemos lo que tenemos
¡una falta de maestros!
lideres que son, siniestros
y nos lo merecemos,
¡para toros, los nuestros!