NÚMEROS DEL UNIVERSO.-José María Barja (*)

Sin duda la notícia científica que estos días ha logrado mayor impacto mediático ha sido la detección de un sistema de 7 planetas. Expuesto como un modelo mejorado del sistema solar, ha vuelto a desatar la especulación de posible existencia de vida extraterrestre. Pero, aunque se citaba que se encuentra a 40 años luz y que los planetas giran en torno a la estrella en órbitas de unos 10 días, no deducían consecuencias de esos números. Incluso físicos y astrónomos galle­gos tuvieron que recordar que las distancias en años luz son tan inmensas que es muy improbable que la humanidad pasée por allí. También es fuente de fasci­nación que aparezca allí el número primo que más usamos para ordenar la vida corriente, el siete, aunque olvidamos que Luna y Sol formaban parte de los plane­tas (en griego πλανήτης “planítis” errante) que determinaron los nombres de los días de la semana.

Pero apenas se ha comentado el nombre asignado al sistema, TRAPPIST-1, que es el que figura como acrónimo del proyecto de observación astronómica. Pero al conocer que se trata de un equipo belga el que desde Lieja controla un telescopio situado en las montañas de Chile, era extraño que no se señalase que emplean el nombre de uno de los mejores tipos de cerveza, la elaborada según el método de los monjes trapenses.

Datos:

  • Como asevera una cita clásica de Stanislaw Jerzy Lec : «Hay un sistema del que no vamos a salir a corto plazo: el solar» [Pensamientos despeinados, 1997]. Cuando se conocen los números de las distancias entre los cuerpos espaciales y las velocidades de sus desplazamientos, ese plazo se convierte en otro número inmenso. Pero como Patrick Rothfuss hacía decir a uno de sus personajes «Los números que solo hablan de números me interesan muy poco» [El temor de un hombre sabio (The Wise Man’s Fear) 2011, Plaza Janes, p 1140].
  • Un año luz es la distancia que recorre un rayo de luz durante un año, esto es, casi 9,5 billones de km (con b, de millones de millones). Teniendo en cuenta que la estrella de la Vía Láctea más próxima, Alfa Centauri, está a 4 años luz y que la Nebulosa de Andrómeda, la galaxia más próxima a la Vía Láctea, está a 2 millones de años luz, los 40 años luz de distancia a ese nuevo sistema de planetas parece lejos, pero no tanto. Claro que si comparamos con los 8 minutos luz que dista el Sol de la Tierra (149,5  millones de km, lo que se llama ua, unidad astronómica) o las 4 horas luz hasta Plutón, empiezan a asustar las magnitudes. Ello no impide encontrar titulares como «Confirmado: la Vía Láctea chocará con Andrómeda» [ABC 1/junio/2012] explicando que «las dos galaxias están en ruta directa de colisión y su choque es, por lo tanto, inevitable» y que Andrómeda «se nos acerca a la nada despreciable veloci­dad de 000 km. por hora. O lo que es lo mismo, a 91 km por segundo. Para hacernos una idea, baste decir que a esa velocidad se podría llegar a la Luna en apenas una hora.» Y aún así,  tal evento «se pro­ducirá dentro de 4.000 millones de años.» Un largo período que sólo podemos anotar, pues como es­cribía Claudi Alsina «Desde el principio quedó claro que sin números no había tiempo» [Asesinatos matemáticos. Una colección de errores que serían divertidos si no fuesen tan frecuentes (2010) Ariel, p 15]. Lo cual no justifica erróneos titulares del tipo «siete mundos probables, pero a 800.000 años de distancia». Eso sí, no se lo achaquen a los matemáticos pues en realidad ellos «en la medida de lo posible se mantienen alejados de los números concretos. Nos gusta hablar de números sin tener que exponernos a ellos… para eso están los ordenadores.» [Neal Stephenson Criptonomicon II. El código Pontifex (2002) Edi­ciones B, p 196]
  • Un astrofísico y divulgador, Daniel Marín, hace una magnífica explicación de «TRAPPIST-1, un sistema planetario en miniatura con varios planetas potencialmente habitables» en la web NAUKAS, con múltiples gráficos y referencias. Detalla que la pequeña estrella enana roja tiene una masa que ape­nas alcanza el 8% de la solar, que los siete planetas tienen un tamaño parecido a la Tierra y varios se encuentran en la zona potencialmente habitable, la zona alrededor de la estrella donde puede existir agua líquida en la superficie de un planeta, si se dan las condiciones adecuadas. Como muchas de las ilustraciones que han difundido los medios proceden de la NASA, hay que fijarse bien en las unidades y notaciones que emplean. Cuando escriben que la «distancia de la Tierra a su estrella es 1.000 AU» debemos recordar que en nuestra notación significa 1,0 au.
  • Para el hallazgo de ese sistema de planetas se ha empleado un avanzado instrumento óptico, un VLT (Very Large Telescope) formado por cuatro telescopios con espejo primario de 8,2 metros de diámetro más otros cuatro telescopios auxiliares móviles de 1,8 metros. Cuando funcionan conjuntamente forman un «interferómetro» gigante, «con una precisión equivalente a distinguir los dos faros de un vehículo a una distancia similar a la que separa a la Tierra de la Luna». Ese VLT está en el Observatorio Paranal del ESO (European Southern Observatory), localizado 130 kilómetros al sur de Antofagasta, Chile, a una alti­tud de 600 metros. Según Michael Gillon, el investigador principal del estudio TRAPPIST, del Insti­tuto STAR (Space Sciences, Technologies and Astrophysics Research) de la Universidad de Lieja (Bélgica), asegura que «el objetivo es todavía estudiar las atmósferas de los mundos potencialmente habitables, del tamaño de la Tierra».
  • El acrónimo TRAPPIST, para decir Transiting Planets and PlanetesImals Small Telescope, es un traba­jado título para encajar el término trappist que identifica las trappist beer, las cervezas elaboradas en monasterios trapenses. Oficialmente ello sólo se realiza en 11 (6 de ellos en Bélgica, 2 en Países Bajos, y 1 en Austria, Italia y Estados Unidos) de los 171 monasterios de la «Orden Cisterciense de la Estricta Observancia» u Orden de la Trappe. Para llevar el logo Authentic Trappist Product (ATP), emitido por la Asociación Internacional Trapense, deben respetar unos criterios de elaboración.
  • Como todo acrónimo de tres letras, hay más de 180 significados asociados a ATP siendo Asociación de Tenistas Profesionales el más conocido; pero también Automated Theorem Proving, AppleTalk Transac­tion Protocol, Asynchronous Transfer Protocol, Azienda Trasporti Pubblici (la compañía italiana de trans­porte público) o Avances Técnicos en Programación.
  • Otros ejemplos de acrónimos “elaborados” son QUTIS, Quantum Technologies for Information Science, de un grupo de investigación en EHU-UPV que ponen mucho “cutis”, el latinajo de una marca de au­tomóviles Fiat, Fabbrica Italiana Automobili Torino, un nombre popular Alícia para la Fundació Alimentació i Ciència o el tecnológico la BIT, Brigada de Investigación Tecnológica, de la Comisaría General de Poli-cía Judicial.
  • La coincidencia de la publicación del artículo sobre los exoplanetas [Michaël Gillon et al, Seven temperate terrestrial planets around the nearby ultracool dwarf star TRAPPIST-1, Nature, vol. 542, 23 febrero 2017] con el 401 aniversario de la condena por la Inquisición de la teoría heliocéntrica de Galileo (el 24/febrero/1616 la declaró “formalmente herética”, además de “ridíula y absurda en su filosofía”) llevó a que la web satírica El Mundo Today titulase «El Vaticano confirma que los exoplanetas descubiertos por la NASA son planos». La reseña de ese mismo día en El País incluye un apartado titulado «Números casi perfectos» en referencia a que los tiempos en completar sus órbitas pueden «expresarse en fracciones sencillas, por ejemplo 8/5 para los planetas c y b, o 5/3 para d y c»
  • En los agradecimientos del artículo de Nature se explicita que parte de las observaciones se hicieron con el Spitzer Space Telescope, de la NASA; que el proyecto TRAPPIST-South (con el mayor observatorio del hemisferio sur, en La Silla, el lugar antes llamado Chinchado en el borde sur del desierto de Ata­cama, 600 km al norte de Santiago de Chile) está financiado con fondos de investigación belgas (de la F.R.S.-FNRS) con participación suiza (FNS/SNSF); que TRAPPIST-North es un proyecto de la Universi­dad de Lieja, en colaboración con la Universidad Cadi Ayyad de Marrakech (la cuarta ciudad de Marruecos, a 327 km al sudoeste de Rabat), con fondos del ERC (European Research Council) y acciones de investigación concertadas, financiadas por la Comunidad Francesa de Bélgica (con capital Bruselas, una de las tres comunidades federadas de Bélgica; desde el 25/mayo/ 2011, se autodenomina Fédération Wallonie-Bruxelles). También citan otros observatorios empleados, entre ellos el de la isla de La Palma, Observatorio del Roque de los Muchachos del Instituto de Astrofisica de Canarias, operado por la Uni­versidad John Moores de Liverpool, con financiación del UK Science and Technology Facilities Council.

     (*)  José María Barja, profesor y ex Rector de la UDC

 

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