LIBERTAD Y MEMORIA.-Jesús Penedo Pallas (*)

Nada es tan consustancial con la condición humana, como la aspiración de libertad; por mas que ser libre para un ser humano, sea tan complejo, que la libertad como valor, sea interpretada y retorcida, hasta el extremo de ser invocada como coartada para aniquilarla.

Cuando la supervivencia está en cuestión, la libertad pierde valor frente al hambre o frente el miedo; pero superados los umbrales de garantía de supervivencia, el ansia de libertad se modula tanto en función de intereses, que a menudo se distorsiona de modo grave su auténtico significado; cobrando sentidos antitéticos en función de los intereses en juego que justifican su invocación. Así la “libertad para acumular riquezas” muy invocada de forma tan impune como descarada, suele conllevar la pérdida de libertad de quienes han de facilitar esa acumulación sin percibir lo que es justo como compensación a su aportación.

No es difícil que la libertad sea invocada por dictadores, por explotadores o por poderosos varios, que la hacen patrimonio suyo e instrumento para limitar la libertad de la mayoría. Y así nos movemos en círculos que con unos u otros límites o sentidos de giro, nos encierran desde que nos hemos convertido en una especie marcadamente social.

Es cierto que los límites temporales de la vida humana individual, no impiden que la acumulación de conocimientos se transmita de generación en generación, de manera que nadie puede decir que empieza de cero. sin embargo en materia de concepción de la libertad, da la impresión de que nuestra capacidad de aprendizaje está directamente afectada por la fragilidad de nuestra memoria y nuestra proclividad al olvido.

Quienes hemos compartido al menos en parte aquellos cuarenta años de dictadura, conocemos perfectamente la diferencia entre dictadura y democracia, conocemos la diferencia entre la pérdida de libertad por razón de conciencia y la prisión por motivos estrictamente penales; aún sabiendo que la democracia, la separación de poderes y la igualdad ante la ley, son quimeras que ni siquiera en los sistemas mas perfectos se logran en su integridad.

Pero nos llama poderosamente la atención, que para las generaciones nacidas en los últimos cuarenta años de libertad, la transición fue un burdo apaño, la democracia es una suerte de engañifa y los que de verdad fueron presos de conciencia, los cuarenta años de plomo, con fosas comunes y paredones de fusilamiento abundantes, son apenas leyendas que por venirles lejanas, ya no son solo objeto de olvido, sino también de escarnio.

El 15 M, visto con una cierta distancia, pasó de ser una espontánea y saludable manifestación de libertad; a ser una coartada para una operación de desmemoria, de ingratitud sin mesura y de cruel desprecio de la historia, que estremece por su irresponsabilidad, máxime procediendo de las aulas universitarias.

El necesario cuestionamiento de la gestión pública y la exigencia de transparencia, arrasó sin contemplaciones, con algunas medidas de reconocimiento de la generación protagonista de la Transición, cuya dedicación vital a la causa de la libertad, los había dejado sin patrimonio, sin proyecto alternativo de vida y cuasi sin expectativas en algunos casos.

El intento de acceder al poder, mediante una operación mediática deslegitimadora total de los cuarenta años de libertad; ha demostrado tener sus límites, pero ha puesto en evidencia, la endeblez

moral de una generación nacida y formada en la libertad; pero tan impetuosa y osada en sus ambiciones, que non han dudado ni un instante en la supremacía de sus postulados, con grave e irresponsable desprecio ya no solo por la historia, sino por la peripecia humana de las generaciones precedentes, todavía vivas.

Algunos de los debates que con profusión se repiten en los peligrosísimos medios de comunicación “libres”, no son ni la sombra de otros sobre las mismas cuestiones que tuvieron lugar hace mas o menos cuarenta años; ni por su profundidad intelectual, ni siquiera por su contenido humanitario.

Sobrecoge ve con que alegría se despachan los temas de mas enjundia, o con que desfachatez se transforman en banales, cuestiones que bien merecerían reflexiones mas pausadas. Pero sobre todo entristece ver como se desperdicia la oportunidad de ejercer sobre la ciudadanía un ejemplo de buen hacer, para ser simplemente el espejo de las pasiones mas vulgares y en casos deleznables.

No se si se han dado cuenta que seguimos hablando de libertad. Tal vez en la peor de sus acepciones o interpretaciones, que sería la libertad de competir no por ser los mejores, sino los mas estúpidos. Las consecuencias tal vez están ahí. Y el riesgo de retroceso social y humano, se me antoja tan real como peligroso.

Tal vez no tengo un día excesivamente optimista.

(*) Jesús Penedo Pallas, Ingeniero Técnico Industrial, Licenciado en derecho, Secretario del Patronato de la Fundación Adcor y jubilado de la Función pública.

Acerca de Contraposición

Un Foro de Estudios Políticos (FEP) que aspira a centrar el debate sobre los diversos temas que afectan a la sociedad desde la transversalidad, la tolerancia, la libertad de expresión y opinión. Desvinculado de corrientes políticas o ideologías organizadas, pero abierto a todas en general, desde su vocación de Librepensamiento, solo fija como límite de expresión, el respeto a las personas y a la convivencia democrática. El FEP se siente vinculado a los valores republicanos, laicos y civilistas como base de una sociedad de librepensadores sólidamente enraizada en los principios de Libertad, Igualdad, Fraternidad.
Esta entrada fue publicada en ARTÍCULOS DE OPINIÓN. Guarda el enlace permanente.