Escucha… sueña… ven… arquitecto de los sueños, creador de ilusiones, de magia… de noches virtuales en que construyes con palabras sentimiento e ilusiones… nunca antes soñados.
Escucha… sueña… vive… lo acontecido en oníricas noches… construyendo con palabras emociones y placeres nunca antes vividas.
Siente el galopar del deleite —¡delirio!— por las venas la sangre incendiada, el refulgir del plenilunio en una mirada… —¡cómo abrasa!—, la incuestionable llama del amor creando nuevas sensaciones nunca antes conocidas.
Escucha, sueña, recuerda… ¡Arquitecto de la noche! —¡de sueños!— cómo has construido con palabras una atmósfera de impresiones.
Recuerda…
… lentamente –como si de un ritual se tratase—, como se liberan de su ropa… sus manos se acarician tímidamente, sus labios explora la piel a punto de eclosionar… buscan sus en sus labios el roce tierno y el beso profundo… y saboreaban el más puro bouquet jamás nacido de sus entrañas. Sus brazos expandidos entrelazan sus manos —delicadamente—, evitando interrumpir el deleite de sus senos interpretando los mensajes de aquella otra piel. Apostada en su regazo, buscaba la intimidad hasta que sus brazos abrazaron sus cuerpos… y finas gotas de rocío germinaban de sus poros… Una paroxística eclosión los conducía al éxtasis y tormentas de deleite galopaba por su sangre, fundiendo su tierno jadeo en… ¡solo uno!
Y de sus labios un susurro…
*Dalia Koira Cornide es Licenciada en Pedagogía