La explicación de dedicar el 28/diciembre a las bromas más o menos inocentes es bastante confusa, sobre todo cuando en la cultura anglosajona ello se realiza el 1/abril. Que una matanza de niños se recuerde por que los padres recurrían a engañar a los que la perpetraban, era muy difícil de entender (y muchas generaciones fueron adoctrinadas así). Esas dos referencias de calendarios dan una pista de que en realidad era parte de las celebraciones festivas del fin de un año de trabajo. Las saturnalia romanas, en el solsticio de invierno, quedaron próximas al inicio del año, en la reforma de Julio César del calendario romano (el cambio del inicio de año, de marzo a enero, se percibe aún hoy: diciembre dejó de ser el décimo mes). Y el cristianismo, siglos después, fijó la Navidad por las fechas en el que el sol comienza a tratar de recuperar todo su esplendor diurno y se celebraba el culto al Sol Invicto. Hasta 1752 los anglosajones iniciaban el año el 25/marzo Lady Day (la Anunciación) con prolongado descanso hasta el April Fools‘Day. De la antigua fecha de inicio de año conservan en el Reino Unido un vestigio: el año fiscal para los contribuyentes individuales comienza el 6/abril, esto es, el Lady Day ajustado por los días eliminados en el cambio de calendario.
La costumbre de que los medios de comunicación emitiesen inocentadas cada 28 de diciembre casi había desaparecido. Pero ahora el ciberespacio ha propiciado el acceso cualquier día, no sólo a bromas, sino a fake news e incluso a que estemos inmersos en lo que ha merecido una nueva entrada en el DLE, la posverdad. Aunque ya existía una palabra en castellano que, pese a que desconozcamos su origen etimológico, resumía todo ello: paparruchas.
El menoscabo para las arcas públicas por la operación de Bankia superará los diez mil millones
Datos:
- La explicación de Saturnalia que nos proporciona el doctor Sheldom Cooper es tal vez la referencia más conocida para las nuevas generaciones: «En la era precristiana, cuando se acercaba el solsticio de invierno y las plantas morían, los paganos traían ramas de hoja perenne a sus hogares como un acto de magia simpática, destinada a proteger las esencias vitales de las plantas hasta la primavera. Esta costumbre fue apropiada más tarde por los europeos del norte y eventualmente se convirtió en el árbol de Navidad.» (“La hipótesis del regalo de baño” The Big Bang Theory, 2ª temporada, 11º episodio).
- Incluso para los anglosajones cultos es poco conocido que el año 1751 fue el más corto de su historia, seguido por el año 1752 que, aunque bisiesto, solo tuvo 355 días. Un acta de 1750 del Parlamento inglés detalla que, no sólo había que abandonar el viejo calendario juliano para adoptar el New Style (eufemismo para no nombrar el papista calendario gregoriano), sino también cambiaba el comienzo del año, pasando de su Lady Day al 1/enero como hacía el resto del mundo (en Francia había sido adoptado oficialmente en 1564 por el Edicto Roussillon). Y así su año 1751, iniciado el 25/marzo, terminó el 31/diciembre habiendo durado 282 días; a su vez del año bisiesto 1752 se suprimieron 11 días, haciendo que al miércoles 2/septiembre le siguiese el jueves 14/septiembre, con lo cual su duración fue de 355 días.
- Más complicada aún es la peripecia de la fiesta de Año Nuevo en Rusia, la más importante allí. Fue en 1699 cuando el emperador Pedro I decretó celebrar el Año Nuevo el uno de enero; entonces el abeto se convirtió en un símbolo de esta fiesta pues, siguiendo las órdenes del zar, los moscovitas adornaron por primera vez sus casas con ramas de pino, abeto o enebro. Durante los siglos XVIII y XIX era esencialmente una fiesta de personas pudientes, porque el 90 % de la población del país eran campesinos que sólo celebraban la fiesta más tradicional, la Navidad. Tras la revolución de 1917, Rusia adoptó el calendario gregoriano, aunque la iglesia ortodoxa rusa se negó a abandonar el calendario juliano, que ya iba con trece días de retraso respecto al gregoriano, quedando la Nochevieja antes de la de Nochebuena y la Navidad (seis y siete de enero respectivamente). Aunque en 1918 el Año Nuevo se convirtió en jornada laboral ordinaria, se continuó celebrando en la intimidad; pero en diciembre de 1935 se volvió a autorizar oficialmente la celebración. Y allí pueden celebrar dos Nocheviejas pues además del Año Nuevo “oficial”, la noche del 13/enero es la Nochevieja según el calendario juliano, el llamado “Viejo Año Nuevo”.
- El April Fools‘ Day inglés (en Francia Poisson d’avril y en Italia Pesce d’aprile italiano) es un día dedicado a las bromas, popular desde el siglo XIX pero no fiesta pública en ningún país. Se reseña su celebración en Polonia, Francia, Finlandia, Austria, Australia, Alemania, Italia, Bélgica, Reino Unido (y por tradición británica Portugal, Estados Unidos, Brasil y otros países). Aunque celebrado desde hace siglos, no se pueden conocer su origen aunque se asemeje a fiestas como la Hilaria de la antigua Roma o Holi de la India.
- La definición de posverdad (traducción de post-truth) que hace la Real Academia Española es «distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales», apuntando que «Los demagogos son maestros de la posverdad.»
- Aunque es relativamente conocida la historia de las noticias falsas, la capacidad de acceso a presuntas informaciones que hoy tenemos no se corresponde con la capacidad de descriminar y la jerarquización de las noticias que tenía la prensa escrita. Las fake news, palabra del año para el Collins Dictionary, impulsadas incluso por presidentes de grandes países han provocado alarma en las redes sociales, que están invirtiendo en mejoras tecnológicas y profesionales para ayudar a prevenir la propagación de desinformación. Una proposición no de ley acaba de ser presentada por el PP (se debatirá en febrero, en el próximo pleno del Congreso tras sus vacaciones de enero) pretende buscar «un buen método para identificar este tipo de noticias falsas y proceder después a su sellado o descalificación ante el ciudadano.»
- El DLE dice que paparrucha, «noticia falsa y desatinada; tontería, estupidez», deriva de páparo que procede de «una tribu, ya extinguida, del istmo de Panamá» y califica así a un «aldeano u hombre del campo, simple e ignorante, que de cualquier cosa que ve, para él extraordinaria, se queda admirado y pasmado.»
La medida, iniciada en este diciembre, de poner nombre a las borrascas profundas que puedan afectar a España, Francia o Portugal ha producido algún desconcierto. Si Ana tuvo repercusiones, Bruno pasó por aquí como una tormenta más; ya veremos que ocurre con las siguientes (Carmen, David, Emma, Felix, Gisele, Hugo, Irene, Jose, Katia, Leo, Marina, Nuno, Olivia, Pierre, Rosa, Samuel, Telma, Vasco y Wiam, según la lista fijada). Pero esta idea de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), MétéoFrance (Francia) y el Instituto Português do Mar e da Atmosfera (IPMA) se implanta después de que la Universidad Libre de Berlín haya estado bautizando a todos los anticiclones y borrascas desde el año 1954 (a ella se debe el nombre de la ciclogénesis explosiva Xynthia, ocurrida a finales de febrero/2010). Desde 2002, permite a los ciudadanos bautizarlos, (50-60 anticiclones, 299 €; 150 borrascas, 199 €) siempre previo pago, dinero que financia parte de las actividades del Instituto de Meteorología de Berlín.
(*) José María Barja Pérez, profesor y ex rector de la UDC