Me ha venido a la mente este hermosa película del Oeste Americano(de Delmer Daves con Gary Cooper y María Shell, de 1959 aunque en España la viéramos mucho después) porque, mas el título que su desarrollo, nos llevan a ese permanente deseo de venganza y ejecución rápida que se ve en casi todos los films de este género:buscar un árbol y una cuerda para ahorcar a un presunto asesino o ladrón, sin juicio ni garantía alguna para el que por unos indicios, a veces inventados, consideraban culpable.
Hace unos días, a raíz de la indignación que había provocado el asesinato de un niño, escribía el poeta García Montero.:” Los seres humanos tenemos imaginación y somos capaces de ponernos en lugar del otro. Los seres humanos tenemos bondad y nos sentimos inclinados a la solidaridad.” Pero también decía”El todos de la gente que pedía la pena muerte junto al cadáver de un niño fue desolador,una prueba de que los seres humanos tienen también maldad, odio y raptos de bajeza. Por eso fue tan emocionante la reacción de humanidad del padre y la madre de Gabriel ante unos linchadores que pedían muy humanamente la ejecución inmediata de la criminal.Humanos,muy humanos, todos y todas.”
Lo natural, lo inmediato, en consecuencia, es la reacción solidaria con nuestros vecinos y la empatía y también lo natural es pedir, no ya la pena máxima, sino la eliminación del individuo o individuos que causaron ese mal abominable en la convivencia.Insisto con García Montero, es lo natural, es lo humano. Mas las sociedades civilizadas han hecho un esfuerzo de la llamada civilización para formar a los individuos en la búsqueda de un equilibrio racional para encauzar lo natural hacia las normas del pacto social e incluso la indignación ha sido encauzada a través de las manifestaciones y concentraciones de las masas de los individuos reclamando a los poderes públicos.
En la película cuyo título da pie a este comentario, se viene a suponer que el generoso y solidario médico(que interpreta Gary Cooper) que se dedica a curar a una mujer, única superviviente del atraco a una diligencia y que se queda casi ciega(Maria Shell es su papel), es una persona de dudoso pasado que se intuye que se salvó de un linchamiento por alguna fechoría. Se contrapone la humanidad del superviviente del linchamiento a la humanidad que pide la ejecución inmediata. La cinta deja entrever, a mi juicio, el triunfo de la humanidad solidaria al de la humanidad “natural”(esa que pide la actuación contra el delincuente ya). Al final, como si el guionista y el director nos quisieran hacer reflexionar el protagonista se va del pueblo, pero no sin antes pararse debajo de un gran árbol; el árbol donde se ahorcaba a los delincuentes que pillaban en el pueblo: El árbol del ahorcado.
Estoy hablando de humanidad y de “lo natural” como parte substancial al ser humano y de la educación para la convivencia, y lo único que pretendo es hacer una reflexión humanitaria y social, a veces muy difícil de casar pero que no por ello menos real, y a los hechos me remito.
A veces cuando te dicen:cuenta hasta diez antes de dar una respuesta.Estamos poniendo lo racional por encima de lo natural y eso parece que ayuda a la convivencia sin que por ello seamos mas débiles o nos consideren menos firmes en nuestras convicciones.
Yo por eso seguiré recreándome con películas, que, como esta que nos ha servido de guía para el comentario, sigan defendiendo la humanidad por encima de todo donde no existen héroes justicieros (que también) sino gente que busca por encima de todo ser solidaria con el dolor ajeno y sin dejar de buscar la justicia sin venganza aunque esta no deje de ser natural y a veces la entendamos.
Florencio Cardador. Funcionario Jubilado