LA NUMERACIÓN DE LOS BILLETES DE EURO.-José María Barja Pérez*

La noticia de la aparición de «una plaga de billetes falsos de 10 euros» saltó a los medios estos días, junto con una video-noticia de la Policía que explica como detectarlos. Al ver la imagen de esos billetes llama la atención un rótulo, que va impreso en inglés en ambas caras (en el anverso en nítida tinta azul bajo los acró­nimos del BCE), donde se afirma que no son legales y sólo para uso en películas. El número del billete en las imágenes difundidas es curiosamente MB6666888880, aunque no advierten que esa es otra señal de la falsedad del billete.

Apenas prestamos atención a la numeración de los billetes de euro, esos 12 dígitos salvo el primero, una letra, ahora seguida por otra que identifica la serie de emisión. Es poco conocido que la letra identifica al país responsable del billete y, sobre todo, que la última cifra es un dígito de control que verifica todos los otros caracteres. El cálculo de ese dígito es un ejercicio de primaria que siguen realizando los niños anglosajones, el casting out nines. En otras épocas era una comprobación que debía saber realizar todo escolar para superar el examen de ingreso en el antiguo Bachillerato, a los 10 años. Esa prueba del nueve, que apa­rece muy bien definida en el DLE, ahora aquí ha desaparecido del currículum académico. Tal vez si en las observaciones policiales sobre los billetes se incluyese que estos no pueden ir numerados consecutivamente y que nunca el número impreso puede terminar en 0, además de detectar billetes falsos, sería un impul­so al aprendizaje de la “aritmética del reloj”, herramienta básica en la informática actual.

 

 

      

Datos:

  • La frase «This is no legal tender, its used for motion props», impresa en esas imitaciones de billetes de 10 €, es fácil de ver (e incluso entender con un nivel básico de inglés). Además, en la firma caligráfica bajo la bandera europea, en vez de Mario Draghi, el nombre del presi­dente del Banco Central Europea, dice Movie Money. Más complicado es fijarse en que el nombre de la moneda en alfabeto griego no es el usual EYPΩ (tanto el latino como el ciríli­co son los correctos). De hecho ahí aparece escrito PRΩP, que presuntamente en griego signifi­ca atrezo, término procedente del italiano attrezzo, que el DLE afirma que, en cinematografía, tea­tro y televisión, es «utilería, conjunto de objetos de un escenario.»
  • El DLE define prueba del nueve como un «cálculo sencillo que sirve para verificar el resul­tado de las operaciones aritméticas, especialmente en la multiplicación y en la división, funda­do en que el resto de dividir un número por nueve es el mismo que el de dividir también por nueve la suma de sus cifras.» La segunda opción de ese término debería resaltar su uso meta­fórico: «prueba clara que confirma la verdad o falsedad de una cuestión debatida.» Pues esa rotunda afirmación obvia que la verificación de la prueba del nueve es solo indiciaria, no defi­nitiva. Si decimos que 23 x 12 = 267, la verificación módulo 9 parece confirmarlo: 5 x 3 ≣ 6 ≣ 15; pero resulta que 267 (imposible resultado por ser impar) y 276 tienen el mismo resto divididos por 9.
  • La verificación del “número” de un billete de euros comienza por convertir las letras a ci­fras. Hay que conocer que A se representa por 2 y las siguientes alfabéticamente por los núme­ros sucesivos, teniendo en cuenta que ni I, ni Ñ, ni O, ni Q se emplean. Así la V, que correspon­de a España, se reemplazará por 23. Al conjunto de todos esos dígitos se le aplica la “prueba del nueve”, esto es, suprimir todos los sumandos que sean 9, o un múltiplo de este. Así el bi­llete MB6666888880 se verifica haciendo: 1436666888880466688886688836 ≣ 0, lo cual aseguraría que es correcto.
  • Sorprende que en las explicaciones de la falsedad de billetes no incluyan el dato numérico. Por ejem­plo la OCN, Oficina Central [peruana] de lucha contra la falsificación de Numerario, explica con todo detalle la falsedad de un billete de 20 € presuntamente emitido en España. Pero la verificación del número del billete, V05563900123, que es más elemental y proporcio­naría la primera pista sobre su fal­sedad, no es mencionada.
  • Los billetes de una serie van numerados consecutivamente, aunque llevan añadido un dígi­to entre 1 y el 9, el dígito de control, para que el código del billete resultante pase la prueba del nueve. Así el primer número de la serie A de un billete de euros español será VA0000000011 y los siguientes serán VA0…029, VA0…038, VA0…047, VA0…056, VA0…065, VA0…074, VA0…083, VA0…092, VA0…101, VA0…119, VA0…128,…  Esto es, si sólo nos fijamos en las cifras, parece que es una sucesión aritmética de razón 9 que se “estropea” cuando el dígito final es 1, en cuyo caso hay que sumar 18. Claro que si prescindimos del dígito de control, un fajo de billetes lleva números sucesivos como se ha difundido en videos accesibles en el ciberespacio.
  • El nombre euro fue adoptado en Madrid el 16/diciembre/1995; su signo € se inspiró en la letra griega ∈ con dos lineas paralelas sugiriendo estabilidad y la circulación de los billetes comenzó el 1/enero/2002. Es la moneda oficial de 19 de los 28 estados miembros de la Unión Europea, unos 343 millones de usuarios (además la emplean Andorra, Mónaco, San Marino, Ciudad del Vaticano, Montenegro y Kosovo).
  • La asignación de las letras que identifican a cada país que emite euros se realizó en orden in­verso al del orden lexicográfica de sus nombres en su idioma original. Por eso België/Belgi-que/Belgien recibió la Z, a Danmark le tocaba Y, a Deutschland la X, a Ellada le tocaba la W, a España la V,… etc. Como la letra W no está en el alfabeto griego, Grecia la intercambió con la que correspondería a Dinamarca, precisamente una “i griega” [la W de Dinamarca, la R de Luxemburgo, la K de Suecia y la J del Reino Unido no fueron utilizadas]. A los últimos países incorporados (entre 2007 y 2015) también se les asignó una letra: H, Eslovenia; G, Chipre; F, Malta; E, Eslovaquia; D, Estonia [y están reservadas C, Letonia y B, Lituania, faltando sólo la A por asignar].

El 17/octubre es el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (establecido en 1992 por la ONU en recuerdo de la manifestación celebrada en París ese día de 1987). En Haiti recuerdan la muerte de Jean-Jacques Dessalines quien, tras vencer a las tropas francesas en la batalla de Vertierres, proclamó el 1/enero/1804 la inde­pendencia de la porción francesa de la Isla La Española (impuso un nombre en criollo haitiano, Repi­blik d’Ayiti). Usaba como lema Kope tèt, boule kay (cortar cabezas, incendiar casas) y se proclamó emperador el 2/sep­tiembre/1804 (Napoleón ya lo había sido por el Senado el 18/mayo, aunque su coronación se celebró en Nôtre Dame el 2/diciembre). Dessalines gobernó hasta su asesinato el 17/octubre/1806, en la revuelta organizada por el líder mulato Alexander Sabès Pétion, quien se repartió Haiti con el líder negro Henry Christophe (sólo se reunifi­có el país en 1822; la parte española de la isla logró su independencia en 1844, como República Dominicana). Este año As San Lucas se inician el 17/octubre, víspera de la fiesta del patrón de médicos (la profesión de éste evange­lista) y artistas (algunos añaden: de los cirujanos, solteros, carniceros, encuadernadores, cerveceros, escul­tores, notarios…). Como escribía Cunqueiro al definir la ciudad de Mondoñedo: «Tiene ferias de fama el día de San Lucas, y lo son de caballar bravo, hierro, boj y miel.» Ese privilegio de ciudad fue otorgado por Alfonso VII, «em­perador de todas las Españas», hace 863 años (62 años antes que la Universidad de Salamanca). Ese día 18/octu­bre fue decla­rado allí el Día de Ferrol, la hermanada ciudad que comparte la diócesis y donde, ese mismo día de hace 169 años, nació Pablo Iglesias Posse, fundador del PSOE y la UgT.

*José María Barja Pérez, ex rector de la UDC

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