Si fuera un corredor de apuestas y tuviera que valorar un evento apocalíptico que eliminase la raza humana, sería una pandemia la que tendría más probabilidades. Epidemiólogos y profesionales sanitarios están de acuerdo.
En febrero de 2017 ya lo adelantó Bill Gates que , a menos que se tomen medida serias aparecerá una pandemia devastadora. Pues ya ha llegado. El adelantó que se contagiaría por el aire y que se movería rápidamente y que podría suponer la muerte de 30 millones de personas. Cuando llegué a afectar a países en vías de desarrollo la mortalidad se superará con creces a lo que ocurre en países desarrollados y todo ello en menos de un año.
El COVID-19 es ahora quien se va a encargar de ello. La famosa gripe española de 1918 mató entre 50 y 100 millones de personas.
Algunos expertos de epidemiología han afirmado que la humanidad ha esquivado esta realidad, bien desde el SARS, en 2002, bien en la gripe porcina en 2009, y ni el abola, pues ninguna llegó a ser una pandemia completa. En este caso sí, y como sociedad debemos prepararnos para lo peor.
IIrwin Redlener , director del Centro Nacional para la Preparación ante Desastres en la Universidad de Columbia. Él y su equipo han pasado los últimos 16 años estudiando desastres causados por el cambio climático, el terrorismo u otros casos. Usando datos y modelos por ordenador, han explorado los diversos escenarios que pueden sucederse después del surgimiento de una nueva cepa letal y virulenta de cualquier virus y los modelos sombríamente profético pueden ser catastróficos.
Pero más de esa triste realidad hay que ser positivos y ver qué aspectos positivos pudiera llegar a reportar.
Los seres humanos somos adaptativos; es decir que, ante aquel rasgo primario y reptiliano de afrontamiento o huida, algunos eligen escapar o asumir lo que está pasando y accionar.
Al igual que cualquier experiencia desafiante
el coronavirus viene a enseñarnos al menos tres cosas:
- Que somos totalmente vulnerables ante las situaciones
- Que no tenemos control absolutamente de nada
- Que dejarnos influenciar por el miedo y la falta de discernimiento es peor que el temor al mismo coronavirus.
Estamos en un mundo VICA (Volátil, Incierto, Cambiante y Ambiguo), un tema que me apasiona y del que encontrarás mucho material que he escrito. ¿Cómo salir fortalecidos? Con resiliencia individual y colectiva.
Desde la perspectiva profesional podemos agregar que, quizás por primera vez, las empresas y organizaciones anticuadas están tomando en serio las nuevas formas de trabajo.
Y lo más importante, valorar la solidaridad y el apoyo entre todos, si tú me apoyas y yo te apoyo avanzaremos.
Espero que de esta desgracia podamos evolucionar hacia un mundo más humano y solidario.
*José Luis Ortiz, funcionario