
Esto es una meditación y una reflexión sobre la lucha por la libertad individual y la vida en sociedad.
La idiosincrasia de la persona tiene dos caras, una transitoria, inconsciente y solitaria y la otra colectiva y comunitaria en la búsqueda de nuestras raíces, en encontrar ese lugar del corazón, un hogar para nuestra alma.
Dos caras que entran y siempre entrarán en conflictos.
En mi pueblo tengo un granero de más de un siglo de antigüedad. Tiene el techo alto y abuhardillado. Se han organizado cientos de fiestas, en su existencia, generaciones de emociones. Un lugar lleno de recuerdos y de energía.
Desde los 18 años, y ahora con 53 años, 35 años en los que los coches representaban la libertad. Un lugar en donde pasamos gran parte de nuestro tiempo de la vida, yendo de un lugar a otro y ahora sólo son una mera herramienta para movernos. Símbolo del movimiento quizás hacia el futuro.
¿Por qué no nos movemos hacia delante? Sencillamente porque en demasiadas ocasiones sólo nos movemos……..
¿Cómo cambiar? Llevo más de 220.000 horas de vida consciente (25 años) pero realmente apenas son 73.000 reales después de descansar. He pasado mucho tiempo con las partes destructivas de persona, seguramente como tú.
Cuando he querido a alguien muchas le he hecho daño, como tú seguramente y eso es un pecado contra la humanidad, contra las personas.
Ahora he cambiado para bien. De mis buenos amigos he aprendido a querer, a ser compasivo con los demás. Deseo ser ese buen hombre y comenzar en un nuevo lugar; seguramente menos de esas 220.000 horas que me pueden quedar de vida y que en definitiva apenas serán 70.000. Apenas ocho años reales y efectivos.
Es demasiado fácil perderse. Cuanto más mayores nos hacemos más cargada llevamos la mochila de la vida con asuntos pendientes y sin solucionar y cuanto mayores nos hacemos más caro lo pagamos.
Dímelo a mí. Huimos tanto de lo que más queremos y amamos que lo dejamos atrás y no se recupera ni la esperanza, ni la libertad.
Apenas 8 años tengo para recuperar tanto tiempo perdido………..
*José Luis Ortiz, funcionario