VALORES Y VALORES DEMOCRÁTICOS….José Luis Ortiz*

Cuando hablamos de valores, parece que nos referimos a cuestiones intangibles. Están ahí, pero no podemos tocarlos ni materializarlos. Si encima le añadimos el concepto democrático, introducimos un elemento más de complejidad.

Los valores democráticos no surgen de la nada. Hay que educarlos. En estos últimos días hemos asistido en España a la recurrente apelación sobre la supuesta perversión de la Democracia.

Se está potenciando el odio, la disensión,  el enfrentamiento , no por casualidad sino por unos egos enaltecidos e individualista medido y manipulado pues los ciudadanos y la sociedad les importa tanto en cuanto  se consigan sillones y poder, el fin justifica los medios.

No hablo de partidos, ni digo nombres, pues todos los conocemos. Los extremos no sólo se tocan, sino que se vinculan y su existencia simbiótica, depende de la existencia del uno y del otro pues sino se extinguirían.

Esto, que alguien podría pensar que se trata de mentes poco cultivadas, lamentablemente no es así. Engalanados de la pátina de la superioridad intelectual, de la llamada a la desobediencia ante lo que no nos gusta, se impulsa la rebelión , el odio y el enfrentamiento.

Estamos hablando, una vez más del populismo. Desde el respeto a los sentimientos individuales , es evidente que no podemos cerrar los ojos ante miles de gritos que claman por esas posiciones. Tampoco podemos dejar tirados a otros tantos que se muestran inclinados por mantener una centralidad basada en el sentido común y en la sensatez, la mayoría de la sociedad.

A eso se le añade el mensaje de que cualquier mentalidad progresista estaría de acuerdo en que las fronteras ideológicas extremas  dividen. Trazan líneas de separación. Inducen a la desigualdad, a la intolerancia y a la insolidaridad. Se olvida de aquellos que pensamos y trabajamos por hacer de este lugar, la sociedad,  un espacio de convivencia y de progreso y de verdadera  democracia.

Más me preocupa que se pueda enarbolar la bandera del odio para esconder la falta de programas,  de esconder la realidad que nos atenaza, colas del hambre, paro en aumento, y tantos problemas que si bien los conocen los ignoran en base a su egoísmo idólatra y narcisista ataviado de ideologías diferentes y de colores diversos.

Por muchas razones y en un mundo cada vez más globalizado, me siento, desde la asunción de las diferencias, si cabe más internacionalista. Me alegro del bienestar de unos, como me apeno de la decadencia de otros.

La verdad que no estamos ante la falta de valores democráticos, que es palpable y evidente,  y hablo de forma global e incluyo a España, sino de la falta de valores como personas. ¿Cómo se pueden proteger los valores democráticos, si se ha olvidado la verdadera esencia de valores como, libertad, solidaridad, compromiso, lealtad?.

Los culpables unos actores de tercera que se hacen llamar políticos y son comediantes de burdas comedias y que lo único que consiguen con sus esperpénticas escenificaciones verdaderos dramas del resto de la sociedad que son los verdaderos sufridores de sus desvaríos y sus locuras.

La política parece que se ha convertido en un panfleto de teatrillo  que vive sin contenidos, sin propuestas y parece que cabalga a efecto de imagen y de márketing ignorando su verdadera razón de ser que es la sociedad y la ciudadanía y no los egos e intereses de los protagonistas de esos teatrillos carentes de humor y que aportan demasiado dramatismo y dolor a unos espectadores que claman por soluciones y por un mundo mejor y más libre.

*José Luis Ortiz, funcionario

Acerca de Contraposición

Un Foro de Estudios Políticos (FEP) que aspira a centrar el debate sobre los diversos temas que afectan a la sociedad desde la transversalidad, la tolerancia, la libertad de expresión y opinión. Desvinculado de corrientes políticas o ideologías organizadas, pero abierto a todas en general, desde su vocación de Librepensamiento, solo fija como límite de expresión, el respeto a las personas y a la convivencia democrática. El FEP se siente vinculado a los valores republicanos, laicos y civilistas como base de una sociedad de librepensadores sólidamente enraizada en los principios de Libertad, Igualdad, Fraternidad.
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