TERAPIA DE URGENCIA. Antonio Campos Romay*

Cuando un sector estratégico del Estado se convierte en un elemento de extorsión, de saqueo, de chantaje a la ciudadanía sin que haya una respuesta decidida y eficaz de ese mismo  Estado este se convierte en una ficción, en lacayo de los explotadores. Las eléctricas son una evidencia que en esta democracia hay mecanismos que están fuera de cualquier control.

Es irracional fingir lógico un recibo falaz, ininteligible, insidiosamente complejo. Con la clara intencionalidad de aturdir de forma dolosa al usurario. Colando su estafa con la coartada de la milonga de un “mercado libre”. En indecente el tratamiento impune conque el oligopolio eléctrico se ríe de quien desea desentrañar sus falacias mensuales. Es indecente la forma en que difuminan su rastro entre empresas concertadas e interpuestas. Como diluyen y rehúyen sus responsabilidades. Como, mes tras mes, muerden el bolsillo de los ciudadanos con recibos suplementarios de presuntos mantenimientos, seguros o prestaciones poco explícitas. Y como en caso de una reclamación agotan el estoicismo del reclamante en una interminable carrera de obstáculos legales escudados en grabaciones que desafían la paciencia de un muerto.

Es canallesco que el oligopolio energético pisotee amparado en la más absoluta impunidad a millones de ciudadanos indefensos y ponga en vilo a un gobierno democrático, aplicándose  impíamente al saqueo de los bolsillos ajenos cuando el estío es más feroz y cuando el invierno es más despiadado, actuaciones especialmente atroces para los doce o catorce millones de ciudadanas y ciudadanos víctimas de pobreza energética. 

Es muy decepcionante que un gobierno democrático y progresista, que debiera por su propia credibilidad frenar este bochornoso desfalco del bolsillo ciudadano, sea incapaz de alcanzar  un criterio común y se limite a titubeantes acciones que más semejan sumisión al chantaje, compresión benévola del delincuente y desamparo de la víctima. El oligopolio energético  esclaviza a los ciudadanos en un ciclo interminable de dependencia, impasible a mecanismos externos que controlen de forma solvente sus precios, gobierno incluido.   

La Corona no puede ser investigada por la Soberanía Nacional…anómalo…El Poder Judicial se convierte en Tercera Cámara…anómalo….El oligopolio energético no responde ni ante Dios ni ante la política…anómalo… Otro tanto y no menos indignante y repulsivo sucede en el sector bancario en permanente escarnio de sus usuarios…anómalo… Poderosas empresas estratégicas, que eran saneadas y rentables, fundamentales para el bien común, fueron sacrificadas en el altar del Rey  Midas por los adoradores del Becerro de Oro….Anómalo…

La secta salvaje ultra-liberal cuya excusa es la libre competencia, -la más sangrienta de las mentiras-, con la complicidad tibia de González, y con la brutal indecencia Aznar y luego de Rajoy devoró con sus fauces hambrientas el patrimonio público estratégico de trascendente rentabilidad económica y social, entregándolo a las dentelladas de especuladores privados que… ¡oh sorpresa!… eran las de los amiguetes de cabecera del poder…Y con ello, cualquier atisbo de competitividad…Anómalo… Sobre todo si ningún indigno sujeto que tomó tal media estaba expresamente mandatado para ello.

Anomalías sucedidas de forma tan alevosa y progresiva llevan a la tentación de sospechar que las impurezas de origen de la democracia alegremente pactada hace más de cuarenta años con el fascismo crepuscular cada día que pasa crujen y chirrían de forma más escandalosa.

Que el monopolio de la electricidad es un pozo de  basura de tamaño ingente dan cuenta los desmanes cometidos desde la cartera de Industria por diversos gobiernos durante las últimas décadas. Curiosamente con predominado políticos catalanes al frente de ella y una poderosa industria catalana, Gas Natural-Fenosa entre bambalinas sirviéndose de ellos.  

Cabe seguir siendo ingenuo y creer que es anécdota que el ex presidente Felipe González lo haya contratado como consejero Gas Natural-Fenosa y al ex presidente Aznar, Endesa…O a un rosario de altos cargos de la administración en el poco honorable carrusel de puertas giratorias.

Es un hecho probado que en ningún caso la subida del precio del crudo, el oligopolio energético de este país de explotados, en ningún momento ha tenido el menor quebranto en sus suculentos beneficios.  Y es trágica realidad que la disparatada subida del coste del suministrito eléctrico a la ciudadanía es simplemente una estrategia encaminada a que el suntuoso negocio del oligopolio sufra el menor arañazo.

En  muchas mentes de plausible sensatez y poco radicalidad, anida la demanda de una solución enérgica y solvente. Que devuelva a la senda de la  racionalidad y la decencia la situación. Sin paños calientes ni edulcorados movimientos lampedusianos, de cambiar todo para que nada cambie, tan del gusto del ministerio de Transición Energética.

En los años treinta del pasado siglo Jaume Carner, Ministro de Hacienda del segundo gobierno Azaña  decía “O la II República acaba con Juan March, o March acaba con la República”. Bueno sería que pensase en ello el gobierno de coalición progresista y en la posibilidad de  que si no termina con el oligopolio eléctrico…y alguno otros, estos no solo acabaran con el… sino  reducirán también la democracia a una ficción risible. 

*Antonio Campos Romay ha sido diputado en el Parlamento de Galicia.

Acerca de Contraposición

Un Foro de Estudios Políticos (FEP) que aspira a centrar el debate sobre los diversos temas que afectan a la sociedad desde la transversalidad, la tolerancia, la libertad de expresión y opinión. Desvinculado de corrientes políticas o ideologías organizadas, pero abierto a todas en general, desde su vocación de Librepensamiento, solo fija como límite de expresión, el respeto a las personas y a la convivencia democrática. El FEP se siente vinculado a los valores republicanos, laicos y civilistas como base de una sociedad de librepensadores sólidamente enraizada en los principios de Libertad, Igualdad, Fraternidad.
Esta entrada fue publicada en ARTÍCULOS DE OPINIÓN. Guarda el enlace permanente.