D. ADOLFO SUÁREZ GONZÁLEZ
PRESIDENTE DEL GOBIERNO DE ESPAÑA
1976- 1981
Nacido en Cebreros, Ávila, 25 de septiembre de 1932, y fallece el de marzo de 2014
Suárez que fue un estudiante regular que frecuento varios colegios, más dado a fiestas y deportes que a la lectura, desde mozo fue un líder nato en los entornos en los que se movia. Desde comienzos de 1955 por circunstancias familiares se vio obligado a sostener al resto de la familia, siéndole de la mayor utilidad el contacto con el falangista vinculado al Opus Dei, Fernando Herrero Tejedor, que acababa de ser nombrado gobernador civil y jefe provincial del Movimiento en Ávila y se convertiría en su tutor político desde entonces.
A comienzos del curso 1958-1959 entró en el Colegio Mayor Francisco Franco —ubicado en la Ciudad Universitaria de Madrid— con el objeto de empezar a preparar oposiciones. Se doctoró en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, desempeñó diferentes cargos dentro de las estructuras del anterior régimen de la mano de Herrero Tejedor. En 1958, pasa a formar parte de la «Secretaría General del Movimiento» ascendiendo, en 1961, a Jefe del Gabinete Técnico del Vicesecretario General, procurador en Cortes por Ávila en 1967 y gobernador civil de Segovia en 1968. En 1969 es designado Director General de Radio Televisión Española, donde ya había desempeñado otros cargos entre 1964 y 1968; permaneció en este cargo hasta 1973.
En abril de 1975, nuevamente de la mano de Herrero Tejedor, es nombrado Vicesecretario General del Movimiento, cargo que ocuparía hasta la muerte de su mentor el 12 de junio de ese año en un accidente de automóvil.
El 11 de diciembre de 1975, entró en el primer gabinete de Arias Navarro formado tras la muerte de Franco. Por sugerencia de Torcuato Fernández Miranda, Adolfo Suárez fue nombrado Ministro Secretario General del Movimiento.
Su proyección hacia la titularidad de la Presidencia del Gobierno aumentó considerablemente colaborando con la Jefatura del estado en las políticas reformista, que se plasmarían el 9 de junio de 1976, en un discurso sobre la Ley de Asociaciones Políticas ante las Cortes Españolas antes de su elección en que citó unos versos de Antonio Machado, muerto en el exilio:
…y permitidme para terminar que recuerde los versos de un autor español:
Está el hoy abierto al mañana
mañana al infinito
Hombres de España:
Ni el pasado ha muerto
Ni está el mañana ni el ayer escrito.
En julio de 1976 el Jefe del Estado le encargó la formación del segundo gobierno constituido tras el fallecimiento del dictador y el consiguiente desmontaje de las estructuras franquistas.
El 4 de agosto de 1976, el gobierno de Suárez publicó el decreto que hizo efectiva en España una amnistía para los delitos de motivación política, perseguidos por el régimen anterior. En septiembre del mismo año se produjo el nombramiento del teniente general A. Gutiérrez Mellado como vicepresidente del Gobierno, lo que contribuyó a frenar la beligerancia de las fuerzas armadas ante los planes de reforma política. La votación en las Cortes franquistas de la Ley de Reforma Política, que suponía la autodisolución del Movimiento, supuso un gran éxito para Suárez, al igual que la imprescindible legalización del Partido Comunista de España (abril de 1977), decisión que removió los sectores más conservadores del franquismo.
Suárez era un perfecto desconocido para una mayoría del pueblo español. No obstante, a sus 43 años, con no pocas dificultades, fue capaz de aglutinar a un grupo de políticos de su generación que habían llegado a las convicciones democráticas por diversos caminos. Supo reunir, junto a falangistas «conversos» como él, a socialdemócratas, liberales, democristianos, etc. y, entre 1976 y 1979, desarbolar el régimen franquista con la complicidad de las fuerzas antifranquistas como el PSOE y, especialmente, del Partido Comunista de España y su líder, Santiago Carrillo, que denominó a Suárez como un «anticomunista inteligente»
Fundó la Unión de Centro Democrático (UCD), y con esta formación obtuvo la victoria en las primeras elecciones generales de la democracia, en 1977. Las Cortes salidas de aquellas elecciones, convertidas en constituyentes, aprobaron la Constitución, que el pueblo español refrendaba el 6 de diciembre de 1978.
Dirigió la transición mediante una política de consenso con los partidos de la oposición que se plasmó en los llamados pactos de la Moncloa (octubre de 1977). Un año más tarde logró que las Cortes votaran una nueva Constitución en virtud de la cual España se convertía en un estado parlamentario. Procuró de forma continuada sumar a todos los sectores en la tarea de construir un régimen democrático para los españoles. Conto en esta tarea, con el apoyo de Torcuato Fernández Miranda, y con la colaboración del Teniente General Manuel Gutiérrez Mellado, encargado de tranquilizar y controlar, en lo posible, a las altas esferas militares, compuestas en su mayor parte por militares que habían participado en la guerra civil y proclives al régimen franquista.
El 3 de marzo de 1979, Adolfo Suárez ganaba por segunda vez unas elecciones generales, e iniciaba su tercer mandato como presidente del Gobierno. Su triunfo en las elecciones generales quedó empañado tras el acceso de la izquierda a los principales ayuntamientos del país tras las primeras elecciones municipales de abril. El acuerdo entre el PSOE y el PCE permitió que las grandes ciudades españolas fueran gobernadas por alcaldes de partidos de la oposición. Fue una etapa de gobierno llena de dificultades políticas, sociales y económicas. En 1980, el PSOE presentó una moción de censura que, aunque derrotada de antemano, deterioró aún más la imagen de un Suárez desprovisto de apoyos en su propio partido. Finalmente la falta de apoyo del Jefe del Estado y las tensiones crecientes en su propio partido, le llevaron a presentar su dimisión el 29 de enero de 1981. En su mensaje al país afirmó:
Yo no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la Historia de España.
Esto dio pie a pensar que renunciaba por la presión de los militares. Teoria en la que abunda el intento de golpe de estado que tuvo lugar durante la investidura de Leopoldo Calvo-Sotelo. Sin embargo, algunos autores, Javier Cercas, Javier Tusell y Charles Powell entre ellos, insisten en el cansancio y el niguneo a que le sometió el Jefe del estado como principales factores para su dimisión. Otros autores como Gregorio Morán refieren un episodio concreto que auna las amenazas militares con la falta de resplado de la Zarzuela, todo lo cual unido a la rebelión en marcha de los miembros democristianos de su partido, que habrían pactado ya con los de Alianza Popular, como las causas decisivas de la dimisión.
Poco después de su dimisión creó junto a otros ex dirigentes de UCD el partido Centro Democrático y Social (CDS), con el que se presentó a las elecciones del 28 de octubre de 1982, siendo elegido diputado por Madrid. Revalidó su escaño en 1986 y 1989, pero en 1991 dimitió como Presidente del CDS tras los malos resultados de su formación en las elecciones municipales y abandonó definitivamente la política.
En 1996 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su importante contribución a la Transición Española a la democracia, de la que se le considera el gran artífice.
Tanto su esposa, María Amparo Illana Elórtegui, como su hija mayor, María Amparo (Marian) Suárez Illana, abogada, padecieron y murieron de cáncer. Amparo murió el 17 de mayo de 2001 a los 66 años, en su casa de Madrid, tras haber sido operada en 1994 en la Clínica Universidad de Navarra del cáncer de mama que padecía. Marian murió casi 3 años después, un 7 de marzo de 2004 a los 41 años en Madrid. Otra de las hijas de Suárez, Sonsoles Suárez, presentadora de televisión, también ha sufrido cáncer. Suárez tiene otros tres hijos: Adolfo, que fue candidato del Partido Popular a la presidencia de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha en 2003, Laura y Javier.
En 2003, con motivo de la candidatura de su hijo, Adolfo Suárez Illana, a presidente de Castilla-La Mancha por el Partido Popular, Suárez hizo su última aparición pública, en Albacete, para apoyar esta candidatura. Desde entonces, no ha volvió ya a aparecer públicamente debido a su estado de salud. Precisamente su hijo Adolfo quien, en el una entrevista emitida el 31 de mayo de 2005, hizo público que el ex presidente padecía una demencia senil degenerativa, o enfermedad de Alzheimer, desde hacía dos años, por lo que ni siquiera recordaba haber sido Presidente del Gobierno y no reconocía a nadie, respondiendo únicamente a estímulos afectivos.
El presidente D. Adolfo Suárez fue una persona dotada de flexibilidad, de diálogo y de entendimiento. Pese a su procedencia del régimen franquista, en todo momento mostró su amor a la libertad y el respeto a las ideas ajenas. Demostró en todo momento mucho coraje y no poca capacidad de persuasión. Y sobre todo una gran valentía política para abordar los temas tan espinoso que acompañaron aquel momento histórico.
Cualidades que puso en evidencia cuando en una voladura más o menos controlada de las estructuras de anterior régimen devolvió las libertades al pueblo convirtiéndose en el gran artífice de la transición política. Asumió decisiones transcendentes en un ejercicio audaz y de riesgo, como la legalización del partido comunista. Impulsó la redacción de una nueva Constitución, convocó unas elecciones generales y decretó la amnistía para los presos políticos, impulsando el Estado de la Autonomías.
Su paso por la presidencia produjo cambios profundos en la sociedad: reforma fiscal, de la Administración militar del Estado, la ley del divorcio, el sistema de concertación económica, sindical y laboral. Adolfo Suárez a lo largo de su presidencia fue consciente de que el momento histórico que le tocaba vivir le requería más de la necesidad de ser más que un hombre de partido, un estadista ejerciente como el presidente de todos los españoles.
Sus armas fueron diálogo y consenso. Y sobre todo fue un político honesto, que asumió en todo momento la dignidad de su cargo, tanto frente al sujeto que al frente de un grupo armado invadió el Congreso de los Diputados, como a la hora de retirarse de la vida pública.
Doña Soraya Saez de Santamaría, a vicepresidente del Gobierno ha expresado su respeto por Adolfo Suárez y el gran reconocimiento que merece por su contribución «excepcional» a poner los «pilares básicos» de la democracia.
D. Alfredo Pérez Rubalcaba, Secretario General del PSOE ha querido transmitir «su apoyo, el de todos los socialistas y el de todos los españoles» a la familia de Adolfo Suárez y ha destacado que, en estos momentos, «estamos profundamente entristecidos» y ha querido enviar un abrazo a la familia del ex presidente del Gobierno, a quienes les ha indicado que «estamos a su lado».
D. Cayo Lara, Coordinador de I.U. ha destacado la importancia del ex presidente del Gobierno en la transición española, pues ha afirmado que este periodo político «no hubiera sido exactamente igual» sin su figura. Como demócrata, le tengo un «reconocimiento sincero» a la figura de la transición de Adolfo Suárez», del que también ha resaltado su importante papel en el intento del golpe de Estado del 23-F.
José Carrillo, rector de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) e hijo del histórico dirigente del PCE ha asegurado este viernes que el expresidente Adolfo Suárez, será recordado como «uno de los máximos responsables del retorno de la democracia en nuestro país». «Ha sido una pieza clave en la historia de España, y probablemente no se entendería la Transición política si no fuese por su intervención junto con la de dos o tres personas mas, que fue fundamental en ese proceso», ha asegurado. «Creo que España le debe muchísimo», ha agregado.
Leandro Esteban, El portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha ha destacado la trayectoria política de Adolfo Suárez, calificándolo como «el artífice del milagro de la Transición». «Ha sido el artífice del milagro de la Transición en la que participaron muchas personas. Va a pasar a la historia como el gran artífice del paso de un régimen dictatorial a un régimen de libertades»