En la lectura de la Biblia existen dos fracasos importantes, uno la negación de Pedro y otro la historia de Adán y Eva. Comienzo de esta forma porque lo que estamos viviendo en estos momentos es la parte final de la confrontación final definitiva de dos puntos de vista
antagónicos uno el independentismo catalán que sólo ve como alternativa el diálogo o por contrario lo que se considera represión y un Gobierno que se aferra a una Ley de la que no puede moverse.
Si se aplica el 155 se certificará una tragedia, la tragedia de Cataluña.
La consolidación del mayor fracaso de la historia de la democracia de España, de cuarenta
años. La consolidación de la fractura de Cataluña y todas las repercusiones que puedan tener en España a múltiples aspectos y no sólo económicos, sino sociales y culturales y todos ellos perjudiciales en ambas partes, eso es lo triste.
De las Sagradas Escrituras todos recordamos varios momentos y todos ellos normalmente
negativos y tristes, y ahora en esta andadura de una democracia que creo que ha sido ejemplar desde su formación con el gran Presidente que fue en su momento fue Suarez, tenemos que recordar, ese fallido golpe de estado de principio de los ochenta, cuando aún andaba en pañales y ahora en estos momentos como colofón esta triste historia.
Buscaremos culpables, tanto en una parte, como en otra, justificaremos actitudes, pero el
hecho va a ser el mismo, el daño el mismo, y la herida prácticamente irreparable que es lo
importante y lo triste.
Un día negro en la historia de España que tardaremos muchos años en olvidar, si se puede. Un día de luto para todos los españoles, catalanes o no.
Triste día también para Europa, que a pesar de los resultados también va a resultar dañada en su imagen y está si va a estar marcada en la famosa marca España y nos perseguirá durante mucho tiempo.
Dolor, consternación y no tanto rabia es lo que me genera este panorama que, con diálogo,
sentido común, razón y avenimiento se hubiese llevado a buen término con un coste social,
humano, económico y político mucho menor para todos. Triste noticia y día de luto para todos los españoles.

(*) José Luis Ortiz Güell, funcionario