HOMBRES DE ESTADO Y RAZONES DE ESTADO.-Jesús Penedo Pallas*

“La razón del Estado de derecho, es el derecho, o, mejor todavía, los derechos, sobre todo los fundamentales de los ciudadanos”

El entrecomillado, corresponde a una obra póstuma (había sido asesinado por la banda terrorista ETA) de D. Francisco Tomás y Valiente, publicada en 1996, bajo el título de “A orillas del estado”, donde el insigne autor, analiza desde el rigor y la profundidad de conocimiento de un jurista y académico solvente y sobre todo insobornable; algunos hechos entonces de actualidad. Pero lo hace no desde una visión coyuntural o de oportunidad, sino desde el análisis profundo y desde la perspectiva de los principios generales del derecho, lo que confiere a sus conclusiones, no una validez limitada de aplicación puntual a unos hechos, sino que se constituyen en razonamientos de aplicación universal.

Don Santiago Abascal Conde, no es mas hombre de estado al día siguiente de que su grupo parlamentario se haya abstenido en una votación parlamentaria, por mucho que su posición, favorezca coyunturalmente los intereses del gobierno o eventualmente los de la ciudadanía. Ni su grupo parlamentario a iniciado ninguna senda distinta de la marcada por su ideario clasista, racista, radicalmente xenófobo y descaradamente autoritario y elitista y contrario a los principios y valores constitucionales y democráticos.

Otorgarle por tanto “sentido de estado” a su coyuntural posicionamiento, cuyo objetivo era justo el de aparecer en el escenario electoral catalán, como salvador de la patria, parece algo mas que un simple argumento de comparación para evidenciar la irresponsabilidad del Sr Casado y su parroquia.

Dudo mucho, que haya una verdadera razón de estado, para frivolizar con el verdadero carácter del Sr Abascal y su tribu, cuya concepción de los Derechos humanos, es de todos conocida. Y digo frivolizar, porque su posición absolutamente sectaria, les lleva a promover allí donde tienen influencia sobre la derecha gobernante, no dudan en promover la retirada de honores o la fractura a martillazos de aquellos símbolos que no resultan de su agrado. Ninguna posición parlamentaria, puede justificar el silencio sobre aquello, ni sobre sus diatribas abominables sobre la criminalización de la inmigración o el incentivo del odio al extranjero.

Con todo el respeto, pero con toda la rotundidad, pido un poco de juicio, de sensatez y de amplitud en la mirada de los hechos, para no caer en las propias trampas de ceder al oportunismo de lo inmediato.

Vox merece el reconocimiento de todos los derechos que les otorga la legalidad vigente, esa legalidad bajo cuyo amparo, pretenden dinamitar. Pero en el ámbito del debate intelectual y moral, las posiciones programáticas de Vox, merecen el rechazo rotundo y permanente, sin tregua y sin excepción justificativa, por mucha responsabilidad oportunista que muestren ocasionalmente por razones electorales.

No resulta difícil vaticinar, que los argumentos coyunturales que valen ahora, al instante siguiente, son poderosos argumentos en manos del adversario, que no deberíamos permitirnos.

Hasta el elogio incomodó al propio Sr. Abascal, tanto que necesitó de rotunda afirmación, recitando de nuevo su conocido repertorio de mentiras y chascarrillos sobre la inmigración.

Sensatez, prudencia e inteligencia. Así lo pienso y así lo digo.

Acerca de Contraposición

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